sábado, 22 de mayo de 2010

Lecturas vacacionales (y II)

El primer libro del historiador británico Adrian Goldsworthy que leí fué "Las Guerras Púnicas". Es un libro bastante bueno y que no puedo menos que recomendar. De hecho, lo he prestado bastantes veces y a todo el mundo le ha gustado bastante.


Por eso, cuando al final de mis vacaciones me encontré en una librería con "The Fall of the West. The Slow Death of the Roman Superpower" (Phoenix 2009. 531 páginas) no dude en comprar el libro allí mismo. Conocía la existencia del libro antes de hallarlo, por un artículo del diario "El Mundo" de Septiembre de 2009. Por esto mismo también puedo confirmar que este libro está traducido al español con el título "La Caída del Imperio Romano" por la editorial Esfera.

El libro está dividido en tres partes. La primera comienza con una descripción del Imperio en tiempos de Marco Aurelio (180 d.C.), y narra todo el período que sigue al reinado de este emperador hasta el ascenso del emperador Diocleciano. La segunda parte empieza con las reformas de Diocleciano, a finales del siglo III, y desarrolla los acontecimientos del siglo IV. La tercera y última parte trata principalmente sobre el colapso final del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, y finaliza narrando los intentos del emperador bizantino Justiniano por reconquistar las provincias occidentales durante el siglo VI.

El estilo de narración es, a mi entender, bastante ameno. El autor no se pierde en detalles salvo en algún que otro momento, y en este caso es para ilustrar algo de la narración más general. Esta es, por ejemplo, su intención declarada en el capítulo dedicado a la evolución de Britannia en el siglo V. Aunque en este caso yo creo que el libro podría pasar perfectamente sin este capítulo.

A algunos les molestará - a mí no lo hizo - la falta de concreción del autor sobre muchos de los hechos que narra. El texto está plagado de "quizás", "tal vez", "posiblemente", etc. Sin embargo, lejos de dañar la narración de los hechos esto no hace más que reforzar el rigor histórico del relato. El autor no tiene más remedio que ser precavido en su relación de los hechos, porque las fuentes de las que dispone son escasas, y en muchos casos no puede más que hacer suposiciones. Muchos autores de historia antigua hacen esto, pero lo loable de este autor es que nos recuerda constantemente que las suposiciones son eso, suposiciones, y que conviene ser precavido al hacerlas. Entiendo que a algunos les puede llegar a molestar tanta cautela, pero yo ya me había acostumbrado a ella en el libro sobre las guerras púnicas.

Y bien. ¿Cómo explica Adrian Goldsworthy la Caída del Imperio Romano?. Mientras que otros autores culpan de este acontecimiento a factores externos, o tendencias sociales y económicas internas, el autor de este libro achaca la debilidad del Imperio a la inestabilidad política. Los unos hacen de la Caida algo inevitable, para Goldsworthy, en cambio fue una serie de decisiones tomadas por unos gobernantes más preocupados por mantenerse en el poder, lo que causo el debilitamiento y caída final - solo en Occidente, no lo olvidemos - del Imperio Romano.

Es de particular interés el último capítulo de la primera parte, en el que se explica el origen de la inestabilidad de gobierno que se experimenta en la conocida como "Crisis del siglo III". En el Principado fundado por Augusto la clase senatorial todavía jugaba un papel importante, aunque siempre subordinado al emperador. De entre sus filas salían los gobernadores de muchas provincias, y los comandantes de las fuerzas armadas. Ocupaban los puestos de poder más importantes, pero estaban basados en Roma, a la vista del emperador, y de entre los 600 miebros del Senado tan sólo unas pocas docenas eran relevantes, con lo que el emperador podía mantenerlos controlados. Durante los Antoninos, además, la clase senatorial fue la que proveyo de gobernantes al Imperio.

Sin embargo, a partir del emperador Cómodo, una serie de emperadores inexpertos e inseguros dieron más responsabilidad y protagonismo a miembros de la clase de los "Equites", que se encontraba un nivel por debajo de los senadores, era mucho más numerosa (tan sólo en Gades había 500 de ellos) y carecía de la identidad de grupo y cohesión interna del Senado. A corto plazo la intención de estos emperadores era incrementar su seguridad quitandole poder a los únicos que estaban capacitados para convertirse en emperadores: los senadores. Sin embargo, a la larga tan sólo lograron abrir el puesto de emperador a un grupo social mayor que era prácticamente imposible de controlar. Cualquier comandante de segundo orden podía proclamarse emperador, y así fue, con lo que aumento la inestabilidad política. Al final, los esfuerzos de cada emperador se volcaban principalmente en aplastar a sus (numerosos) contrincantes políticos incluso a costa de desproteger las fronteras del Imperio. El hecho de que, también para evitar que cualquier subordinado tuviera demasiado poder o tropas, se hiciesen divisiones cada vez más pequeñas de provincias y unidades militares no hizó más que incrementar la burocracia y diluir el esfuerzo militar romano.

La moraleja, porque la hay, que Adrian Goldsworthy saca de toda esta historia es que a menudo se toman decisiones que, a corto plazo, resultan más provechosas. Sin embargo, a la larga estas decisiones pueden ocasionar más problemas y grandes crisis. Para evitar este tipo de decisiones, los que las toman han de tener "consciencia de Estado" y anteponer el bien de todos al beneficio personal a corto plazo.

Nuestro destino no está predeterminado por fuerzas ajenas a nosotros mismos, lo decidimos día a día. Una decisión aparentemente beneficiosa (a corto plazo) nos puede acercar a nosotros y a nuestros descendientes un poco más al desastre. Lo que hemos de preguntarnos es si estamos tomando la decision correcta, o tan sólo anteponiendo nuestros intereses a cualquier otra cosa.

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