miércoles, 27 de julio de 2011

Ecuador del Verano 2011 (I)

Este fin de semana pasado era, para mí, el momento en el que la temporada estival llegaba a su mitad. Tras el próximo fin de semana estaré ausente durante 2 semanas. A efectos practicos significa que no jugaré ninguna partida en 3 fines de semana, y ello en una temporada especialmente propicia en disponibilidad de jugadores, tiempo y lugares. Tan sólo me queda el último fin de semana de Agosto en estas óptimas condiciones, y ni siquiera estoy 100% seguro de ello.

Así que para este último fin de semana con puente incluido decidí poner toda la carne en el asador, pero no para organizar una barbacoa, como tal vez hayan hecho mucho, sino para montar partidas.

El viernes 22 comenzamos con un clásico: Civilization. Yo, Ringard, Junior, Ulliam y Chris nos reunimos de nuevo ante este juego un tanto mítico. Chris era novato. Yo y Ringard somos veteranos. Junior y Ulliam son fervorosos creyentes de este juego y de la categoría empire-building (construcción de imperios) que ha abierto en el sector desde hace 30 años.

En el reparto inicial de pueblos Asia y Asiria correspondieron a Ulliam y Ringard. Junior y Chris se hicieron con las dos sociedades ribereñas por excelencia: Egipto y Babilonia, respectivamente. Por último, yo me quede feliz con África, más ventajoso que de costumbre porque jugabamos sin la parte del tablero correspondiente a Italia y la antigua Yugoslavia.

Desde mi esquina apartada del mapa pude desarrollar mi civilización aislado del mundanal ruido y de la atención de los demás jugadores durante la mayor parte del tiempo. Me pude concentrar tranquilamente en construir ciudades, comerciar, y decidir que adelanto iba a comprar en siguiente lugar. Dado que tengo el juego bastante trillado esto fué relativamente fácil para mí. En Civilization una cosa que hay que aprender a hacer es contar. Hay que contar las fichas del censo. Si en un turno tienes 32 fichas y 0 ciudades podrás hacer 4 ciudades (4x6=24 fichas), y todavía te quedarán 8 fichas para mantener las ciudades que has construido. Lo siguiente es buscar las localizaciones para esas 4 ciudades. Por lo general, prefiero maximizar la cantidad de ciudades por turno, pues así maximizo las cartas de comercio que recibo. Cada carta de comercio es una oportunidad de comerciar (lease: obtener algo que necesito) de otro jugador.Tras el comercio uno se pone a contar de nuevo. No solo hay que contar el valor de las cartas para compararlo con el precio de lo que quieras comprar, hay que contar los descuentos que tienes, y los descuentos que puedes llegar a tener según compres tal o cual adelanto. Hace falta también contar la cantidad de adelantos que quedan disponibles, y tener en cuenta el orden de compra. Es preciso contar cuantas cartas de adelanto te quedan hasta llegar a 11, con cuantas llegas a 1.000 puntos, y que cartas te hacen falta para llegar a los 1.200-1.400 que son el objetivo final. Y es que entre 1.200 y 1.400 puntos en adelantos hay todo un mundo.

Contar, contar, contar. Supongo que ya lo pillais.

Suena muy aburrido. En esta partida mi principal fuente de satisfacción fue que gané, no el esfuerzo que apliqué para ello. A su ventajosa posición en el mapa los africanos añaden una meta de 1.200 puntos que es la más baja junto con la de los cretenses. Con esa ventaja adquirí Misticismo al comienzo y comence a aplicar sus descuentos para hacerme con todas las ciencias: Astronomía, Medicina, Moneda e Ingeniería. Los descuentos en esa rama eran tan grandes que empece a comprar adelantos a 2 por turno, una ciencia y otra de otro color, maximizando los descuentos disponibles. Entretanto, sobre el mapa ocupaba el area de Sicilia, Tunez y Libia sin más conflicto que un encontronazo con Egipto en Cyrene que termino en victoria y ciudad mía en la zona. Durante bastantes turnos mantuve constantemente 7 ciudades, de ellas 3 en zonas desérticas de interior, lejos de cualquier asalto potencial. Mi única desventaja era ser el último en la cola del supermercado de adelantos, pero nadie aprovechó esta desventaja para vaciar el adelanto siguiente en mi lista de la compra.

En el resto del tablero predominaba la agitación habitual. Mientras que los asiáticos se desplazaban hacia Grecia y Jonia con algo de lentitud, e incluso deteniendose a construir alguna ciudad, los asirios se colaban entre ellos y los babilonios y bajaban por la costa siria y fenicia hasta topar con los egipcios, que estaban subiendo desde Judea. Estos siguieron una estrategia de construir pocas (4) ciudades para evitar males mayores como la guerra civil, pero acabaron comiendose la inundación que para ellos era mucho peor. Tras la catástrofe en el valle del Nilo los egipcios comenzarían una gran migración por las costas del Mediterráneo en busca de lugares menos húmedos, como Grecia , Creta, y Rodas. Los babilonios presionaron a los asirios hacía el oeste, y estos a su vez presionaron a los asiáticos sedentarios hacía territorios menos conflcitivos en Macedonia, Tracia, y el Helesponto.

En la fase de comercio también es importante contar, pero se trata de una fase más bien intuitiva y en la que predomina el carácter. A pesar de mi cómoda situación no me fué posible adoptar una postura demasiado abusiva en el mercado. Tampoco quisé hacerlo para no llamar demasiado la atención. Ringard posiblemente lo discuta, porque en un turno en concreto se pasó de generoso y todos menos él acabamos forrados, pero yo sólo pude hacer acopio del valioso bronce en un turno, el resto de veces me tuve que conformar con tela (3 veces, creo), sal (4-5 veces), y grano (1 vez, en la que los asirios tiraron la casa por la ventana). Ringard y Ulliam tienen experiencia en el juego y son duros negociadores que saben qué mercancías acaparar. Junior tuvó un papel marginado al resultar tocado por su temprana inundación masiva. Chris, como novato, se comió muchas mierdas envueltas en papiros hasta que al final de la partida se hizo con telas, pero creo que no fue a por bronce nunca.

Tuvé suerte y no fuí afectado directamente por ninguna catástrofe severa hasta una guerra civil tardía, que coincidio con una epidemia. Evite la hambruna que Chris sufría a cambio de no infectarle con mi epidemia. Todo ello coincidió con una fase de comercio en la que cerré sólo dos acuerdos y fué bastante frustrante. Había comprado oro pero recibí piratería. Ringard lo denunció y, como yo iba ganando, encontró oídos abiertos a sus acusaciones. Ví aparecer el fantasma del boicot comercial y, sabiendo que iba a verme muy reducido en ciudades, me desesperé por un parón que bien me podía costar la partida. Protesté, pero en vano.

Al final, el parón no fué tan malo. Llevaba 7-8 turnos de compras y avances ininterrumpidos, lo cual ya es bastante excepcional. En la fase de comercio siguiente cambié a Ringard mis 4 cartas de grano por 4 de sal, lo que le enriqueció soberanamente y le permitió comprarse las 2-3 cartas de mayor valor de golpe. Sin embargo, yo estaba desesperado por comprar las putas Leyes de una condenada vez, y, logrado esto, estaba justo en 1.000 puntos. Con todos los descuentos de ciencias, más Arquitectura, Literatura, y Música, la Filosofía (240 puntos) se me quedaba a un coste de 70 puntos que podía conseguir con la gorra sin necesidad ni de comerciar en los 2-3 turnos que nos quedaban. Llevaba delantera y, en ese momento, se decidió concederme la partida.

De nuevo se repitió algo habitual en nuestras partidas de Civilization. El jugador ganador consigue ascender de forma sigilosa sin que nadie haga demasido contra él. Para cuando el resto de los jugadores se dan cuenta de su ventaja, el final de la partida está cerca y a menudo ya es tarde para hace algo útil para detenerlo. También en esta partida los dos jugadores menos experimentados recibieron los 2 pueblos más díficiles.

Civilization es un juego que me está empezando a estar tan trillado como Napoleonic Wars. Si no lo está más se debe a que sólo juego 1-2 partidas al año. Tras ganar esta partida "con un nivel de dificultad bajo", creo que debería intentar jugar más a menudo con las civilizaciones más díficiles (Egipto y Babilonia) y ceder las más fáciles a los novatos. Con más equidad, las partidas pueden tener de nuevo mayor interés. Posiblemente así también duren más. Ésta la resolvimos en poco más de 5 horas.

Para aquellos que encuentren demasiado técnica esta reseña de partida, recomiendo mi primera entrada sobre el juego, y esta otra entrada que escribí sobre la fase y cartas de comercio.

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