miércoles, 27 de junio de 2012

¿Ya se ha inventado todo?

Creo que no es la primera vez que trato este tema en el blog, pero no lo he podido evitar.

Por cortesía de Will, he tenido la fortuna de probar esta semana la novedad de GMT 1989:Dawn of Freedom.

Evitar las comparaciones con Twilight Struggle ha sido imposible. De hecho, 1989 es una copia del anterior con unas pocas modificaciones. Sigue habiendo cajitas para provincias comunicadas con líneas. Las cajitas son dobles y en cada una de ellas cada uno de los dos jugadores puede colocar su influencia - un marcador numérico - exactamente de la misma forma que en TS. Cada provincia tiene también un número de estabilidad. Las provincias, en lugar de estar agrupadas por continentes, como en TS, están agrupadas por países: Polonia, Alemania Oriental, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía, y Bulgaria. Cuando juegas una carta con evento del adversario, desencadenas ese evento. Hay cartas de puntuación introducidas en el mazo, y la puntuación se hace como en TS determinando Dominación, Control y Presencia. Hay provincias que tienen el calificativo de "Battleground".  Hay una "válvula de escape" dónde tirar cartas del oponente para que no tengan efecto: La plaza de Tianamen. Incluso la distribución del mazo en 3 sub-mazos y su entrada en el juego está clavada de TS.

Realmente, dan ganas de coger a Marco Arnaudo de los pelos y gritarle: "¡Pero si es el Twilight Struggle!, ¡vamos!, ¡dilo de una vez, bastardo!".

Algunas cosas si que cambian. Los espacios de provincias pertenecen a una categoría "social" (obrero, intelectual, elite...) que tiene cierta influencia en el juego de eventos. La "válvula de escape" de Tianamen permite que se tiren las cartas que se quiera en el turno, en lugar de solamente una. Han eliminado las "tiradas de realineamiento" del TS, que no utilizaban ni su madre, y las han fusionado con los "golpes de estado" para crear los "chequeos de apoyo", que son una mezcla de sus dos antecesores.

Sin embargo, el cambio más relevante está en la puntuación de los países. Cuando surge la carta de puntuación de un país, se organiza una especie de "batalla" entre los dos jugadores con una resolución por cartas que prácticamente está copiada de Hannibal. La función primordial de esta "batalla" es determinar si el gobierno comunista del país mantiene las riendas del poder, o cae y es sustituido por otro de base democrática. El control de un país no tiene un efecto tan relevante sobre la puntuación del mismo. No obstante al final de la partida el comunista obtiene 4 puntos por cada país en el cual ha conseguido mantenerse en el poder. Eso puede llegar a suponer hasta 24 puntos y la partida, por lo que podemos decir que 1989 recrea la lucha de los comunistas por mantenerse en el poder a cualquier precio.

Así que 1989 es un refrito de TS con un sistema de "combate" sacado del Hannibal. Suena frustrante, como si a los creadores del juego se les hubieran agotado las ideas.

Que 1989 sea una copia de TS con el sistema de combate de Hannibal no es necesariamente malo, e incluso puede llegar a ser muy bueno. Hace 20 años hubiera reseñado Hannibal como una copia de "We, The People..." y me hubiera quedado tan ancho sin estar menos equivocado. Por el momento puedo decir que, gracias a las "batallas" 1989 tiene esa sensación de conflicto que faltaba en TS. Otra cosa es que tenga algún sentido que el comunista responda a una carta de "huelga" del jugador democrático con otra "huelga" propia. Al final en TS terminas jugando el mazo de cartas, y que 1989 mejore a su antecesor depende de como este construido su mazo de eventos. He comenzado a traducirlo al español, para hacerle un favor a Will, y de momento veo que está hecho de manera que, en cada país, la lucha por el poder trace sus líneas a través de las separaciones entre clases sociales. En algunos países los intelectuales están de lado de la revolución, en otros son las elites las que se alían con los obreros para expulsar del poder a la dictadura. 

Lo que sucede es que, en un sector de ocio en el que los proveedores - especialmente GMT - parecen estar lanzados a una loca carrera por sacar novedades permanentemente, nos esperamos una revolución con cada lanzamiento, y estos se producen cada dos semanas. Dicho esto se hace evidente la insensatez de las expectativas del público medio, responsable de ese "hype" o subidón que tienen muchos juegos nada más publicarse.

Si alguno se esperaba un cambios drásticos con 1989, que se tome un Diazepan y se tranquilice un poco. Es más de lo mismo, y se merece una oportunidad - que yo le voy a dar - para demostrar como lo de siempre se puede hacer mejor. No será el primer juego que lo logre. Aparte del mencionado Hannibal, tenemos No Retreat! que ha tomado el clásico Hex&counter y le ha dado nuevos aires, y Sekigahara, que ha dado un tratamiento novedoso al sistema de bloques de madera.

Y es que al final, en esto de los juegos de recreación histórica, se trata de hacer como decía Matt Calkin, creador de Sekigahara: hay que comprender la esencia del conflicto que intentamos recrear y utilizar las herramientas que a menudo ya están ahí (bloques, cartas, dados, etc...) y que mejor nos permiten plasmar dicha esencia. No hace falta inventar nada nuevo.

sábado, 23 de junio de 2012

A donde va Vicente: Dominion

Mi primera experiencia con el juego de cartas Dominion fue, seguramente, la misma que habéis hecho muchos de vosotros. Estaba con un grupo de amigos, uno sacó el juego, nos explico las reglas a mi y a otro, y en compañía de una cuarta persona nos pusimos a jugar. Cuando acabamos echamos otra, y luego otra. Las partidas habían pasado a toda velocidad, lo mismo que las dos horas que duraron. Me pareció un buen juego, de esos que puedo recomendar a los amigos que no tienen tiempo ni ganas de jugar a cosas demasiado sesudas.

Siendo un juego de partidas rápidas, se ha convertido con facilidad un clásico en prácticamente todas las jornadas de juegos de mesa, estrategia, y rol. Y así fue que yo y mis amigos nos lo encontramos en la ludoteca de las Ludo Ergo Sum de 2010. 

Estábamos algo ociosos y a mí se me ocurrió llenar el vacío recomendando el juego. Explique las reglas en un periquete, y Chris, Rf, yo y Ringard echamos dos partidas. Dio buena impresión. Tanta que Ringard me propuso juntar pasta entre los dos para comprar uno que tendríamos a mano para las tardes tontas de viernes que pasamos en nuestro habitual lugar de reunión. No me lo pensé dos veces. Le di 20 pavos, y el juego pasó a formar parte de nuestra dieta habitual. Por eso, ahora le dedico una reseña que espero sea breve, acompañada de algunas fotos que os ayudarán a comprender de que va el juego.
Como todo buen gilijuego que se precie, el argumento de Dominion es una puta mierda. Algo tenían que tener estos juegos en común con las pelis porno. En teoría, cada uno de los 2 a 4 jugadores es el señor de un pequeño dominio compuesto por una baraja de 10 cartas, de las cuales 3 son de punto y 7 de monedas. En el transcurso de la partida, cada jugador intentará expandir su reino (su baraja) y finalizar la partida con el reino más grande (el que tiene mayor cantidad de puntos acumulados en cartas de punto).

El desarrollo del juego es bien sencillote. Cada jugador roba 5 cartas de su baraja. Un jugador comienza la partida con su turno, y a partir de él (o ella) los demás le van siguiendo en el sentido de las agujas del reloj hasta que termine la partida.

En un turno un jugador puede jugar una carta de "acción" de su mano y realizar una "compra" de cartas (de acción, dinero o puntos) que están disponibles en el centro de la mesa, con cartas de dinero que tenga en su mano. Las cartas compradas van a nuestro descarte, que se convierte en la nueva baraja cuando la existente se agota, y así sucesivamente. Lo excitante de todo esto es que podemos comprar cartas que nos dan más acciones, o acciones "de la hostia", con lo que podemos acabar realizando muchas y variadas acciones, y muchas compras en un turno. Nuestro mazo crece, podemos hacer cosas cada vez más bestias, y en general pasas un buen rato creciendo de manera exponencial. El paradigma capitalista, ni más ni menos.

Así que se trata de construirte un mazo chulo, que funcione mejor que el de los demás. Suena bastante autista, y de hecho lo es aunque existen algunas cartas que permiten fastidiar a otros jugadores, como La Bruja, El Ladrón, o La Milicia. A pesar de esto, Dominion es lo más parecido al Juego de la Galleta (leyenda urbana) que he visto en juegos de mesa.

No tiene porque ser malo. No le vamos a exigir un elevado nivel de interactividad y mecanismos complejos a todos los juegos. Dominion entró en nuestro grupo porque Ringard y yo pensamos que nos vendría bien algo para matar el tiempo entre varias personas en nuestras tardes de viernes. Sin embargo, en nuestro grupo Dominion no tardó demasiado tiempo en joderse, y joderse bien. Todavía puedo aspirar a sacar Smallworld, o Pacific Typhoon, a la mesa de cuando en cuando. Pero Dominion, más rápido que el primero y con más sentido que el segundo, hasta ahora ha visto nuestra mesa menos que cualquiera de los dos mencionados.

Y todo ha sido gracias a Rf.

Y es que Rf gana sistemáticamente todas las partidas que jugamos al puto jueguecito. Miento, porque le gané una hace un mes. Pero es la excepción, de otra forma gana todas las partidas, y además con una ventaja abrumadora y de manera humillante, con turnos en los que juega 10-20 cartas y compra varias cartas de 6 puntos - las más costosas -  a la vez. Dominion era, como ya he dicho, un juego para pasar el rato sin demasiado compromiso ni esfuerzo, pero pierde su gracia cuando el final de la partida es siempre el mismo: gana Rf.

Pero, realmente, ¿qué demuestran las constantes victorias de Rf en este juego?. Naturalmente, que es mejor que nosotros... en este juego. Pero lo que hay detrás es que una vez se despliega el muestrario de cartas ofertadas en la reserva (nosotros solemos escogerlas al azar, pero eso es indiferente para mí razonamiento) Rf inspecciona las cartas, determina rápidamente cuales tiene que comprar, en que orden de prioridad, y ejecuta su plan sin que ninguno pueda hacer gran cosa por impedírselo. La interacción entre los jugadores es escasa o nula, y las cartas que la permiten (Ladrón, Bruja, Milicia, etc) y las que lo bloquean (Foso) ya están calculadas por Rf y adquiere de unas y otras las que más le convienen como parte de su plan.

Realmente, el problema de Dominion es que nada más desplegar el juego, ya hay una única estrategia viable para ganar la partida. La ejecutas y ganas, o no lo haces y pierdes, y no hay nada más. No hay un desarrollo de la partida, ni tácticas que van evolucionando, ni la gracia de ir tanteando, aprendiendo dentro del juego. El azar es limitado. La variabilidad limitada a las combinaciones de 10 tipos de cartas de la reserva que se escogen para el inicio de la partida. Pero eso lo único que genera es un inicio de partida nuevo cada vez. No evita que el transcurso de la partida este predeterminado.

Realmente, al final para ganar se requiere únicamente capacidad de cálculo. Y de esa Rf tiene bastante. Bueno para él. Pero es el mismo atributo que se requiere para jugar al Ajedrez y, realmente, no veo razón para gastarme 40 y pico pavos cuando se puede conseguir un Ajedrez por mucho menos, y encima tiene más interacción.
Dominion es uno de esos juegos que únicamente tiene sentido jugar como un gilipollas, sin esforzarse por ganar, ni pensar ni nada. Jugar masturbándose recreándose con el mazo de cartas que vas formando. Es la única forma de olvidar que el fin de la partida está determinado desde el inicio. Por desgracia, o para nuestro bien, nosotros tenemos a Rf que nos destroza sistemáticamente esta fantasía onanista.

Por ello no es raro que cuando Wolenkaiser estaba en una tienda de juegos de la capital, y se le acercó uno de los dependientes a recomendarle Dominion, rechazo la sugerencia con hastío e invocando a Rf como demostración de lo vacío que es el juego.

La oferta espontánea del dependiente es una muestra de lo popular que ha llegado a ser Dominion. En un mundillo tan minoritario como el de los juegos de mesa Dominion es un juego de masas. El "donde va Vicente, va la gente" de los juegos. Lo lamento, y no porque me importen un comino las personas que se han aficionado a este juego, sino porque está tan extendido que no creo que podamos deshacernos de él por un precio decente.



viernes, 8 de junio de 2012

Nein! Nein! Nein!

He pasado la mitad de mayo de vacaciones, y la otra mitad con un virus en ordenador. De ahí mi silencio. Lo único que me quedaba para continuar accediendo a internet desde casa es un iPad. No es una mala maquina. Tiene unas prestaciones fenomenales. Pero me manejo mucho mejor con el ratón y el teclado que manchando la pantalla con mis dedos. Escribiré con mis capacidades algo limitadas, y lo que pienso acerca de Steve Jobs y sus secuaces me lo guardo para otra entrada. 

Y es que ahora mismo esta pasando de todo. En esta crisis que lleva años y durara muchos mas hemos entrado en la fase decisiva. Recientemente he hablado con varios amigos acerca de como comenzó todo esto. Es un tema de conversación interesante, pero fútil. Olvidad el Tratado de Maastrich y todos los políticos, ministros, y jefes de estado de hace 20, 10, o 5 años. Ninguno sabia realmente lo que estaba haciendo en esos momentos. Sin embargo, es en las próximas semanas cuando se va a determinar que, como y cuanto de lo ya establecido (el euro y la UE) se va a poder salvar, o si en cambio vamos a entrar en un periodo de caos cuyo resultado final es imposible prever. 

Es ahora, mas que nunca en los últimos 70 años, cuando en Europa y en el mundo se va a comprobar si los jefes de gobierno de ciertos países (España excluida, por supuesto, que esto no es ni el ABC ni La Razon) son auténticos líderes, o en cambio unos oportunistas que consiguieron trepar a su posición actual, esperando que su tarea consistiese en dejarse llevar por los eventos. No me preguntéis, porque no lo se. Tan solo me queda esperar lo mejor... Pareceré tremendista. No pronostico el Apocalipsis. Este es solo uno de los posibles resultados de una situación tan incierta como la actual. 

Y no soy yo el único en contemplar el fin del euro como algo bastante probable en la actualidad. Paul Krugman abrió fuego a mediados de mayo con un pequeño articulo ("Eurodammeung") que no consigo enlazar en esta mierda de iPad. He leído muchos mas artículos estas semanas. Mis favoritos los he encontrado en la edición digital de "Der Spiegel", bajo el titulo "Die Spur des Geldes" (El rastro del dinero) por un tal Wolfgang Muenchau. No tiene la reputación de Krugman, pero proporcionan una visión del asunto desde el punto de vista alemán. 

En Grecia ya no aguantan mas. Allí el problema es que se han estado corriendo la juerga padre a costa de endeudar el Estado, y cuando el gobierno heleno tiene que recortar gastos para poder pagar los salarios de sus funcionarios, la economía se resiente enormemente porque el gobierno es el agente economico numero uno (y a veces el único). Consecuencia: la economía se resiente, la gente se empobrece, y si alguien te dice que te va a sacar del aprieto no te paras a pensar como va a conseguirlo. Le haces caso. 

Aquí en España se ha pensado durante varios años que el problema era también un gobierno manirroto como el de Grecia. No voy a negar que los gobiernos aquí resultan bastante ineficientes en sus actividades, pero tan solo hace falta comprobar las cifras de déficit publico en la pagina del INE para constatar que los gobiernos de España, ya sea socialistas de palo o conservadores católicos, han sido de lo mas ahorradores. Nuestra deuda publica - incluido la que se le había "olvidado" a algunas comunidades autónomas - no supera el 80% del PIB nacional. Inferior incluso al de Alemania. Vamos, que incluso en los mejores tiempos de bonanza nuestros gobernantes se gastaban una mierda en el "españolito de a pie". Aquí no hay "estado del bienestar" al menos desde los años 90, cuando nuestros dos principales partidos políticos desmontaron la poca inversión social que ya había. 

No ha servido de nada. Si en España no se endeudaba el sector publico, si que lo hacia a saco el privado, a través de unos bancos y cajas que iban como motos. Todos lo sabíamos, y en Berlin también: no hay que sanear el estado, sino los bancos. Pero aquí no hay gobierno con cojones para soportar abiertamente la impopularidad de meter dinero a saco. Y en el Bundestag han esperado a que algún gobierno español haga justo eso, porque así no tendrán que poner un céntimo. 

El tiempo de la espera ya se acabo. Bankia palmo y nos va costar 2 veces y media lo ahorrado en unos recortes de sanidad que ya era exigua antes. Pagar el resto de la juerga bancaria española nos subiría el endeudamiento publico desde el 80% hasta el 90% del PIB. Lo cual seria razonable si no hiciese también dispararse hasta lo insostenible el tipo de interés de la deuda publica, de manera que aquí currariamos solo para pagar los intereses, por los siglos de los siglos. Amen. 

Por mucho que el gobierno lo niegue, de esta solo salimos con ayuda. El problema es como conseguirla. No nos la van a dar sin mas, y punto. Va a ser preciso ceder partes de nuestra soberanía. No me parece tan malo habiendo visto lo que han conseguido los impresentables locales. Lo que pasa es que los alemanes y otros señores no quieren porque van a tener que poner la pasta y ceder también ellos soberanía. Y no ven justo pagar ellos por los errores de otros. Si. Es cierto. Los alemanes se han beneficiado tanto o mas que nosotros de la unión monetaria. La quiebra de dicha unión también les supondría perdidas muy severas, tan grandes que son lo único que ha impedido que tiren la toalla hasta ahora. 

Pero lo que en el fondo me preocupa es la sensación de que en Alemania están tan hartos de esta crisis como lo estamos nosotros, aunque por diferentes razones. Si nosotros estamos cansados del creciente paro, del paron económico, de las subidas de impuestos y precios, y los recortes de servicios, derechos y salarios. Allí lo que les cansa es que tras haber puesto un paston, haya que seguir poniendo aun mas. ¿Es que no se va a acabar nunca? En la misma pagina de "Der Spiegel" ayer era noticia la movilización de las 350 empresas familiares mas importantes del país en contra de la ampliación de los fondos de ayuda. Hoy, al anunciar la posibilidad de que el gobierno de Rajoy pida acogerse al rescate, he podido leer una decena de comentarios de esta noticia. Ninguno lo acogía de manera positiva. En Alemania, o no hay nadie que defienda la ampliación de los rescates, o si lo hay prefiere quedarse callado. 

Como muy bien dice Wolfgang Muenchau, Angela Merkel no ha preparado a los ciudadanos alemanes para las dos alternativas que se presentan: pagar y ceder soberanía a organismos europeos comunes, o mandarlo todo a tomar por culo, mantener la soberanía, y pagar igualmente. Parece que no pocos alemanes consideran viable ya decir "Nein! Nein! Nein!", y que ademas les salga barato. En fin, espero que al final se imponga la sensatez.