miércoles, 26 de febrero de 2014

Club Friedrich 22 de febrero.

Tras la escasa asistencia de la reunión de enero, la de febrero ha contado con la presencia casi constante de 7 personas. Ha sido posible organizar 4 partidas. Dos por la mañana y dos por la tarde. De manera simultánea, una de las partidas se jugaba con 4 jugadores y la otra con tres. A mí me correspondió jugar las dos partidas de 3 jugadores.

Idealmente se juega a Friedrich con 4 jugadores. Sin embargo, y desde que el propio Richard Sivel me reveló que buena parte del testeo del juego se realizó con partidas de 3 jugadores, me he atrevido varias veces a probar a jugar en tríos y puedo confirmar que el juego sigue funcionando de manera igual de eficiente.

Por la mañana me senté del lado prusiano, con Ringard delante mía llevando a Austria y Cris liderando a rusos, suecos, y franceses.

En mi primera mano de cartas no había un sólo diamante. En la segunda había un 7 de ese palo. Por otra parte, estaba robando bastantes picas. Para el turno 3 ó 4 robe en picas dos 13s, un 12, y un 11. Para entonces lo tenía bastante claro. Me iba a defender de Austria en el sector de picas de Silesia, en torno a Breslau. De acuerdo con ese plan logré colar a Federico (general 1) en Silesia como refuerzo. Como otra parte del plan perseguí al ejército imperial de manera constante e insistente hasta que fue eliminado en el sur de Hannover por un general hannoveriano. Esta caza y captura a Ringard le pareció algo excesiva, pero mi plan para defender en Silesia requería abandonar Sajonia relativamente pronto. Necesitaba retrasar al Imperio todo lo posible, o de otra forma me iba a causar problemas demasiado pronto. El Imperio retornó al tablero en torno al turno 8 ó 9, y de hecho había conquistado la mayor parte de sus objetivos hacía el final de la partida. Para mí, esto confirma lo adecuado de todos los recursos - en cierto momento, 3 ejércitos y 2 trenes de suministros - que emplee en la tarea.

La decisión de defender contra Austria en Breslau también la considero acertada. Ringard se quedo atascado ahí hasta el final de la partida. Así que la partida iba a ser decidida por lo que sucediera en mis flancos.

En oriente los rusos no perdían demasiado tiempo y dos generales suyos llegaban pronto al área de Kammin. Ataqué repetidas veces uno de ellos aprovechando unas buenas manos de cartas de tréboles esperando vaciar ese palo de cartas de su mano. Fue un error. Tenía que haberme conformado con hacer retiradas y economizar cartas. En el turno 6 la primera carta de evento era una reducción de subsidios. Otra salió en el turno 8. Más adelante eche esas cartas en falta.

En occidente Cris no perdía el tiempo y llegaba con rapidez al área de Magdeburgo con un ejército que se mantuvo allí hasta el final. Logré establecer un triángulo con un ejército hannoveriano en el sur. El del norte era destruido rápidamente.

Hacía la mitad de la partida Ringard llevó a cabo una estrategia que es habitual en él, pero que aún así no deja de sorprenderme cada vez. Envió un general bien provisto hacía el norte que comenzó a hostigar al general que yo tenía defendiendo en Magdeburgo. Comenzó un baile infernal con el que yo intentaba esquivar al austríaco e intentar colocarlo entre mí y el francés que también andaba por ahí. Tuve cierto éxito, pero fue muy costoso en un momento en el que estaba robando 4 cartas por turno.

Lo peor para mí es que hubiera podido parar ese ejército en seco. A mediados de la partida logre colar dos ejércitos en Sajonia, por donde se arrastraba el tren de suministro, pero perdí la oportunidad de aplastarlo. Por si fuera poco, uno de esos dos ejércitos fue eliminado por falta de suministro en Bohemia con 5 ejércitos.
Oportunidades perdidas. Un tren de suministros austríaco está a tiro de un ejército prusiano en Sajonia, y con ello el alivio de la posición de Magdeburgo. En lugar de ello, me conformé con retomar Radeberg que luego perdería.
Suecia abandono la partida en el turno 9. Tras demorar a los rusos todo lo posible, el general 7 que defendía Kammin era cercado y destruido en torno al turno 12. A los rusos les quedaba Küstrin por conquistar, en el sector de corazones. Justo los corazones que en ese momento me hacían falta para defenderme de los franceses al oeste. Mis opciones se agotaban. El ejército de incursión austríaco continuaba haciendo de las suyas, ahora en el área de Berlin y comprometiendo con ello toda mi defensa de Küstrin. 
Última foto que hice de la partida. En Silesia Breslau resiste. Un ejército prusiano va a ser eliminado por falta de suministro en Bohemia. Los rusos están acorralando al defensor de Kammin. En Magdeburgo franceses y austríacos me tienen contra las cuerdas.
En el turno 15 coloque a un ejército prusiano en Halle con suficientes tropas como para hacer una retirada automática de -1 contra el francés, pero sin darme cuenta que también estaba a tiro del ejército imperial. Ringard atacó con el imperial con la intención de retirarme un poco más cerca de Magdeburgo, pero yo no fuí capaz de entenderlo, y jugué cartas de corazones hasta obligarle a retirarse. Cris, a falta de su último objetivo en Magdeburgo, atacó con un ejército francés. Yo había contado mal y pensaba que podía retirarme automáticamente y conservar Magdeburgo. Cris y Ringard me indicaron mi error, y así me vi gastando todas mis cartas de corazones y una reserva en una batalla que perdí junto con la partida. Amargamente, en ese mismo turno salia la carta que sacaba a Francia de la guerra (India había salido en el turno 7).

En esta partida cometí muchos errores pequeños y grandes que, acumulados, resultaron en mi derrota. Llevaba meses sin jugar con Prusia y esta derrota me sirve para plantearme mis carencias. Ringard también jugo muy bien, haciendo justo lo que hay que hacer cuando el prusiano te deja clavado: buscarle y hostigarle en otra parte. Como en otras ocasiones que lo hace, es posible que se excediera al ejecutar está estrategia. Mi error final de gastar cartas de corazones contra el Imperio se debía a mi deseo terminar de una vez por todas con su hostigamiento. 

Cris merece una mención especial. Para alguien que ha jugado muy poco a Friedrich, lo hizo bastante bien. No hizo movimientos geniales, pero tampoco cometió errores serios. Nunca cejó en su presión. Toparme con un jugador de esa calidad fue el descubrimiento de la jornada.

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Apenas presté atención a la partida de 4 jugadores que se estaba desarrollando en la otra mesa. El azar ponía a Flojich en el papel de Federico, a JM con Austria, a Rf con Francia, y a V. con Rusia. 

Tan sólo realice una foto de esta partida, y fue a petición de Rf. La terminaron 30 minutos tras la mía y gano Austria en el turno 17. En la comida Flojich comentó de manera bastante extensa la partida. Por un lado había tenido bastante presión de JM que parecía intentar ganar con el Imperio. Rusia también intentaba una batalla de cerco en la que fue derrotada, pero hacía el final de la partida parecía también encontrarse en la recta final hacía la victoria.

En el Oeste Rf perseguía a Hannover hasta cerca de Bohemia, lo que aparece en la foto. Llegado un momento manifestó que con  8 objetivos logrados ya tenía suficiente. Le oí yo desde la otra mesa. Aparte de que no se debe discutir de estrategia durante la partida, su inoportuno comentario respalda a Flojich cuando se quejaba que Rf no jugo para ganar sino meramente para impedir ganar a Prusia. Conforme a esta política declarada se dedicó a perseguir ejércitos prusianos hacía la zona de Berlin en lugar de hacer un intento por sus propios objetivos.

Con razón Flojich se quejaba amargamente de este estilo de juego. El hostigamiento de Rf beneficio a todos menos a él mismo. Rusia estaba a punto de ganar tras todo el esfuerzo que V. había puesto, pero salió Elizabeth y como Suecia había abandonado antes, tuvo que tomar el control de un imperial mermado. La victoria final fue, como ya he dicho, para Austria tras haber gastado únicamente 6 cartas de 78 que había robado durante toda la partida. Este dato me hace sospechar que Flojich le estuvo aguantando durante mucho tiempo a base de constantes y costosas retiradas prusianas. Cierto es que la mano prusiana estaba baja hacía el final de la partida.
Situación en un momento relativamente temprano de la partida. A destacar. 1) Los 4 trenes de suministro entre Sajonia y Hannover.2) Prusia ha cedido Sajonia al Imperio y a Austria. 3) Como ya no necesita sus diamantes allí, aparentemente Prusia prefiere utilizarlos contra Rusia.

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De nuevo me toco en suerte Prusia en otra partida de 3 jugadores. Will había llegado por la tarde y se sentó delante mía controlando Austria. Para el papel dual de Rusia y Francia le toco a Rf, nuestro doble finalista.

Precisamente él se convirtió en el protagonista de la partida... por lo terriblemente mal que jugó. Habitualmente tiendo a ser considerado con los puntos de vista de los demás jugadores porque yo también cometo errores. Pero Rf merece mención especial en este caso porque lo suyo no fue una sucesión de errores independientes y casuales. De hecho, es muy bueno y cuidadoso a la hora de mover sus piezas para obtener los resultados que él desea. Su problema es, precisamente, que lo que desea conseguir no guarda relación alguna en su importancia con los medios que emplea para conseguirlo. No es que juegue mal. Juega sistemáticamente mal.

Incluso si se tiene en cuenta que Rusia quedo eliminada al final del turno 6 con la primera carta del destino, tengo muy claro que fue el especialmente lamentable mal juego de Rf el que marcó pauta de la partida e hizo casi inevitable mi victoria. Al acabar le dije "¡Has jugado muy mal, y tengo fotos para demostrarlo!". La parte que sigue va a contener bastantes fotos de la partida. Siento que la calidad no sea óptima, pero creo que permitirán a quien tenga una copia del juego seguir la partida de manera bastante correcta y juzgar si lo que digo es cierto.





De arriba hacia abajo son fotos de los turnos 3, 4, y 5. Están sucediendo varias cosas a la vez, así que me explicaré por zonas.

En el lado de Prusia Oriental (esquina inferior izquierda) el ejército prusiano está a tiro de un ejército ruso. Sin posibilidad de esquivar el combate. Pero Rf me hace el favor de retirar al ejército que me había acorralado para apilarlo junto con otro y así luego avanzar juntos y atacar, lo que harían en el turno 5 con una fuerza de 12 puntos. 3 turnos de gracia. El 4º ejército ruso inicia una persecución alocada de un tren de suministros prusiano hacía el interior de Polonia. Al terminar Rf. dijo que había hecho todo esto para asegurarse de que el ejército de Prusia Oriental no se escapaba por ningún lado. 4 ejércitos, 2 trenes de suministro, 16 puntos de tropa y 5 turnos para destruir un ejército de 2 puntos de tropa.

En el lado derecho de las fotos se observa como Rf. concentra una torre triple de generales franceses. Logro colar a Cumberland por el sur, pero cometí un error contando espacios y en el turno 5 la triple pila francesa lo destruye totalmente. 7 tropas pérdidas en un instante, pero todo el ejército francés pierde 2-3 turnos y Ferdinand (el otro hannoveriano) no tiene a ningún francés delante que bloquee la siguiente jugada.

Contra Austria decidí en seguida hacer una defensa en diamantes tanto en Sajonia como en Silesia. En el turno 3 tengo otro despiste y dejo a los generales de Silesia en una frontera diamantes-picas. Will aprovechó la oportunidad para darme un susto e intentar cambiar sus picas por mis diamantes y desmontar mi estrategia. Por fortuna para mí, él no debía tener una variedad muy grande de cartas porque la segunda carta que jugó me daba una retirada de 2 puntos que acepté inmediatamente. Tras eso, todo volvía a la normalidad en el sur y ya no tenía más despistes.


Comienzo y final del turno 6. Último turno de Rusia.Yo había adelantado el general 7 hacía Polonia porque recordaba que Flojich había dicho que Rf no jugaba para ganar, y temía que el ruso que estaba en Polonia bajase hasta Silesia a combatirme en diamantes. Quería amenazar su tren de suministros. Rf. comentó que esperaba que tuvieramos un combate en diamantes en Polonia. A mi no se me había perdido nada en el centro de Polonia, pero había conseguido desviarle de la zona con diamantes que si me importaba de verdad. Nunca me he sentido más indiferente al abandono de Rusia que en esta partida. Hubiera necesitado otros 3 turnos para llegar con una única pieza a la zona de tréboles en Kammin donde yo me había planteado defenderme.

En este turno 6 Rf. dejo morir adrede 7 puntos de tropa en un general en Prusia Oriental, con la intención de recomprarlos en el turno 7 en generales que estaban más al oeste.

En Hannover, tras echar para atrás por falta de suministro al sueco que Rf había enviado en apoyo de Francia, yo había logrado acumular una buena mano de cartas de tréboles y corazones con los hannoverianos. Gracias al tiempo que tardaron los 3 generales franceses en retornar desde el sur, pude colar a Ferdinand por el borde oeste del tablero. Si todo salía bien, volvería a montarle a Rf el triángulo. Si no, por lo menos esperaba gastarle a Rf sus corazones con los míos. La fuerza exagerada que había aplicado en aniquilar a Cumberland me permitía hacer esto.


Turnos 7 y 8. Logro colar a Ferdinand por el borde occidental del tablero, intercambiando algunos corazones con Francia por el camino. En el turno 8 Rf coloca de manera cuidadosa (se ve en la foto de abajo) 2 generales y 2 trenes de suministro para cerciorarse al 100% de que Ferdinand desaparecerá por falta de suministro en el turno 9. Pierdo otros 6 puntos de tropa, pero Francia pierde unos 30 puntos de corazones en el proceso y 2-3 turnos que me servirán para levantar la siguiente barrera de defensa en el sector de tréboles en la esquina noroccidental del mapa, en Diepholz.

Un ejército austríaco merodea por Berlín y el norte de Silesia. Este movimiento de Will me preocupó y me obligo a dar un rodeo muy largo con el general 7, que tenía 7 puntos de fuerza que necesitaba urgentemente en otras zonas.


Turno 9. La Barrera de Diepholz quedaba instalada gracias a la constante demora francesa. El ejército que la sostiene tiene sólo 2 puntos de tropa. A estas alturas había acumulado también una notable cantidad de tréboles en la mano hannoveriana. Superar esta defensa llevaría unos 3-4 turnos más a Rf y la intervención no sólo de los 3 ejércitos franceses, sino también del sueco que, si bien me gastó una carta de trébol, me otorgó un turno de regalo al colocarlo Rf. en medio del camino francés. He de reconocer que tuve algo de suerte con las cartas para hacer una última retirada en un momento crítico. Al final cambie unos 30 y pico puntos de tréboles de la mano hannoveriana por otros tantos puntos de corazones de la mano francesa. Lo hizo al empeñarse en comerse el tren de suministro azul claro en la frontera de corazones-tréboles (Osnabrück), algo totalmente innecesario porque ese tren ni podía atacarle ni reconquistarle banderas.

Foto de aproximadamente el turno 14. ¡Por fin Francia avanza hacía Magdeburgo!. Pero ha tardado tanto tiempo en hacerlo que a Prusia le ha dado tiempo a acumular una generosa mano de corazones, incluso tras una reducción de subsidios en el turno 9 ó 10. La ventaja prusiana es aún mayor si se tiene en cuenta los más de 60 puntos en corazones que Francia ha gastado contra Hannover y que le hubieran venido de perlas más tarde. A estas alturas Rf. había perdido la partida con Francia hacía ya muchos turnos. En tres ocasiones había empleado la táctica de superar a un único ejército hannoveriano con todas las fuerzas francesas. Lo logro en las tres ocasiones, pero el gasto en tiempo, fuerzas, y cartas dedicadas a ello fue elevadísimo, y encima cada victoria le ponía en una situación más complicada que la anterior. Tanta victoria pírrica no sostenía estrategia alguna, sino una falta absoluta de la misma.

Curiosamente la foto también recoge el momento en el que Rf. estuvo realmente más cerca de ganar, de nuevo por un despiste mío. El ejército sueco ha retornado al tablero tras ser aniquilado. Justo por los pelos tenía un general a alcance suficiente como para quitarle en 4 turnos un objetivo (Malchin) antes de que conquistase los 5 necesarios para ganar. En este turno y el siguiente estaba preocupado de que el general francés más al este se fuese a por este general mío y lo retrasase lo suficiente como para lograr la victoria con Suecia. La pieza sueca había intentado ayudar a los franceses contra Hannover, pero a Rf. no se le ocurrió darle la vuelta a este concepto y ayudar a los suecos con los franceses. ¡Eso si que hubiera sido una jugada genial!. El general francés fue hacía el sur y yo respire aliviado.

También en esta foto se ve como Will ha colocado una torre triple austríaca en una frontera de diamantes-tréboles en Silesia. Naturalmente, aproveche la ocasión para atacarle y gastarle unos 20-30 puntos de diamantes con los tréboles que tenía en la mano. Eso aniquilo casi todas sus posibilidades de ganarme. Hasta ese punto el palo que más abundaba en mi mano eran las picas, y no los diamantes. Aún así Will no cejó en su empeño y continuó atacándome repetidas veces en Silesia y Sajonia en diamantes. Llegó incluso a cercarme. Le rechazaba cada vez con terribles pérdidas, pero volvía una y otra vez. Hacía el final mi mano de diamantes se estaba reduciendo de manera notable y me empezaba a preocupar un poco aunque sabía que la partida podía acabar en cualquier momento.

Rf entraría con Francia varias veces en el área de corazones de Magdeburgo. Para nada. Él tenía superioridad en tropas (16 puntos) pero yo tenía ahí 2 generales con 9 puntos, y estaba gastando todos mis corazones y todas mis picas contra sus corazones mermados en 60 puntos. En este momento yo no estaba jugando de manera óptima, gastando cartas a porrillo para retrasar a Rf uno o dos espacios. Pero francamente daba igual. Ni jugando mal podía perder. Que Rf. me diese lecciones de táctica de estos últimos turnos me parecía una sandez después de los tremendos errores de juicio que le habían costado la partida por un margen tan claro.

Por falta de tiempo dejamos la partida en el turno 21, momento en el que Francia se retiraba de la guerra. La partida hubiera durado hasta el turno 23, con el abandono de Suecia.

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No seguí la otra partida que estaba teniendo lugar aquella tarde al mismo tiempo que la mía. Tampoco tome fotos de ella. Lo que cuento aquí es un resumen de lo que me han escrito Ringard y C_M sobre la misma. JM se quedo con Prusia, Ringard repitió como Austria. C_M comenzó controlando Francia y Rusia hasta que llego Freddy para tomar el control de Rusia en el tercer turno.

Hasta entonces los 4 generales rusos se había repartido en dos grupos de dos, como es habitual. Dos avanzaban sobre Prusia Oriental, y los otros sobre Pomerania. Freddy no sabe nada de convencionalismos. Al cambiar de jugador los 4 rusos se concentraron sobre Prusia Oriental, dónde tardaron muchos turnos y gastaron muchas cartas para conquistar ese área y reducir al solitario prusiano que allí se encontraba. JM también se desgastó mucho en cartas en esa defensa, lo que contribuiría a su temprana debacle mucho más de lo que lo hizo una reducción de subsidios alrededor del turno 10. Posiblemente hubiera debido contentarse con haber distraido a todos los rusos durante unos pocos turnos y economizar cartas.

Ringard se dedico a conciencia a gastarle a Prusia cartas de su mano. No tardó en organizar una pila triple de tropas que iba embistiendo turno por turno al prusiano que pillase cerca. JM no pudo o no supo esquivar esta torre de ejércitos, cediendo algún objetivo en el proceso, y hacía pequeñas retiradas que le mantenían en el tablero pero le estaban saliendo muy costosas.

Contra Francia las cosas andaban mejor. Confiando en la debilidad de la mano de Hannover, C_M lanzó a todas sus fuerzas a un ataque simultáneo de los azulclaro. Jugó a por todas y como la mano de Hannover resultó ser más fuerte de lo que se esperaba sufrió una severa derrota que le costó varios objetivos.

A pesar de todo, la resistencia de Prusia cedía por el constante declive de sus recursos. Hacía el turno 13 Rusia, Francia, y el Imperio se encontraban a punto de ganar. La victoria era al final para Ringard con el Imperio, mientras que a C_M se quedaba a falta de Diepholz para ganar, aunque intentase tomarla en el último turno.

lunes, 17 de febrero de 2014

Una historia de Tres Guerras (I)

"La Batalla del Atlántico fue el factor dominante durante toda la guerra. Ni por un momento podíamos olvidar que todo lo que acontecía en otras partes, en tierra, en el mar, o en el aire dependían en última instancia de su resultado."

Una y otra vez me he topado con esta cita de Winston Churchill, al leer acerca de la guerra naval de la Alemania Nazi contra los aliados occidentales. No importaba que el libro fuera escrito por un británico, un alemán, o un americano. La dichosa cita aparecía y aparece siempre.

Siendo algo tan repetido, ¡tendrá que ser cierto!. Sin embargo, tras leer unos cuantos libros sobre el tema he ido relativizando la afirmación que la cita implica. Ahora he llegado a un punto en el que deseo repasar los hechos sobre los que la afirmación se basa para determinar cuanto tiene de cierta. Así, esta entrada y otras que la van a continuar van a tratar de responder a la pregunta "¿Fue realmente posible para Alemania derrotar a los aliados (Reino Unido) mediante su arma submarina?".

La pregunta se circunscribe a un tiempo y un lugar. Ese tiempo fue la Segunda Guerra Mundial y el lugar fue el Atlántico Norte. A ese tiempo y lugar se refiere la cita de Churchill. También es el período de tiempo en el que se percibe que Alemania estuvo más cerca que nunca de lograr una victoria militar duradera. Si el arma submarina alemana era tan decisiva como la pintan Churchill y todos los autores que le citan, determinar sus posibilidades de victoria debería indicarnos lo cerca que realmente estuvo el Tercer Reich de lograr la victoria en la guerra.

Lo principal pues, será contar y analizar el desarrollo de la guerra naval germano-británica durante la SGM. Hacerlo así es lógico, pero yo pienso que también sería incompleto. La razón es que estaríamos analizando una única situación en la que se utilizaron submarinos de manera masiva como arma principal para derrotar a un país cortando sus vías de suministro marítimas. El resultado del análisis sería de utilidad dudosa, pues la situación analizada no podría ser comparada más que consigo misma. Cuando se lee historia esto es peligroso, pues es posible que uno sólo atienda a aquellos datos y puntos de vista que refuerzan la propia opinión.

Para evitarlo tendríamos que comparar la Batalla del Atlántico, un evento circunscrito a un tiempo y un lugar, con otros conflictos en lugares y/o tiempos diferentes en los que se intento llegar al mismo resultado por los mismos medios: provocar la rendición de un país cortando sus rutas de suministro marítimo mediante el uso de sumergibles.

Existen otros eventos definibles por la frase que cierra el párrafo anterior y que por ello son comparables a la Batalla del Atlántico. El primero es la guerra submarina que Alemania ya desencadenó durante la Primera Guerra Mundial contra los aliados, pero sobre todo contra Gran Bretaña. El segundo es la campaña de guerra submarina que los americanos desencadenaron contra Japón durante la Segunda Guerra Mundial. 

Naturalmente, la Batalla del Atlántico, la guerra submarina en la PGM, y la guerra submarina en el Pacífico no son eventos iguales. Pero precisamente son sus diferencias lo que hace deseable analizar los tres en su conjunto y comparara sus parecidos, sus diferencias, y los resultados que tuvieron para determinar con cierta ecuanimidad lo realmente efectiva que es el arma submarina en cualquier conflicto.

Voy a seguir un orden cronológico, y también espacial. Comenzaré escribiendo sobre la PGM, y continuaré con la Batalla del Atlántico, que en cierto modo se puede ver como una continuación de la guerra submarina llevada a cabo en la PGM y se decidió en la misma área geográfica. Cerraré con un salto en el espacio, pero no en el tiempo, hacía el Océano Pacífico y la guerra submarina contra Japón.

Tras estudiar estas tres guerras que tuvieron como protagonista a la misma arma - el sumergible - podremos establecer comparaciones entre las diferentes situaciones de las mismas y determinar bajo que circunstancias el submarino era una arma decisiva en la primera mitad del siglo XX, y con ello podremos juzgar la certeza de la afirmación que abre este artículo, y esta serie.

Como ya he hecho en otra ocasión en este blog, he de comenzar con una puntualización. Con frecuencia voy a utilizar la palabra submarino, aunque lo que quiera decir es sumergible. Esta última palabra define al buque que navega regularmente por la superficie y que ocasionalmente y por cortos períodos puede hacer uso de su capacidad de inmersión para esconderse bajo el agua. Este es el tipo de "submarino" que se empleo de manera predominante durante la primera mitad del siglo pasado. Tan sólo hacía el final de nuestra historia encontraremos auténticos "submarinos", es decir, buques que están específicamente diseñados para navegar durante casi todo el tiempo bajo el agua. El público en general no hace está distinción cuando habla de submarinos, y yo tampoco la voy a hacer por comodidad.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Un poco de bibliografía.

Para esta parte me he basado sobre todo en tres libros. Dos de ellos ya los comenté hace mucho tiempo en una entrada de este blog. El libro de Cristino Castroviejo es rico en detalles de las operaciones de los submarinos, pero por eso mismo es pobre en la "visión de conjunto" que es imprescindible para evaluar el conflicto. Al libro - en alemán - de Joachim Schröder le sucede al contrario. Habla de manera tan general de las operaciones de los submarinos que puede resultar frustrante para el lector que busca acción. En cambio, es una obra muy buena en cuanto a análisis y trasfondo desde el punto de vista alemán.

Otro libro que me ha sido útil es Castles of Steel de Robert K. Massie. Es una narración de las operaciones de la flota de combate británica durante la PGM. Resulta una obra entretenida, con partes que cuentan acción y otras que proveen de cierto trasfondo histórico. En el libro destacaría el análisis que se hace de las personalidades de los almirantes británicos Jellicoe y Beatty, y del enfrentamiento que había entre ellos. El libro trata de manera marginal la guerra submarina, pero tiene valor para tener una imagen de como se veía la guerra desde el punto de vista del Almirantazgo británico.

He recurrido también a algún libro que trata la guerra submarina en general y que por ello tiene algún capítulo dedicado a la PGM. Pero por lo general el primer envite de los submarinos alemanes tiene poca representación en la literatura histórica comparado con la Segunda Guerra Mundial. Como base de datos la página de referencia es uboat.net , la cual me es imposible no recomendar.

Antes de la Guerra.

Dos hombres y un libro.

Si alguna vez ha existido una lista de libros dañinos para la humanidad, La influencia del Poder Naval en la Historia de Alfred T. Mahan tendría cabida en ella. En este libro Mahan - oficial naval norteamericano - exponía la idea que toda nación que aspirase a convertirse en potencia mundial tenía que poseer una gran flota de guerra. Aún más, el autor insistía en que esta flota tenía que consistir en grandes barcos de guerra, navíos de línea, con la capacidad de destruir flotas similares de otros países en una o más grandes batallas decisivas. Con la flota principal enemiga eliminada, el control marítimo del vencedor sería indiscutible y las costas del vencido estarían a su disposición para incursiones, desembarcos, o bloqueos marítimos. Si bien reconocía que la "guerra de corso" - el acoso de las rutas comerciales enemigas por unidades ligeras y rápidas - podía ser dañina, recomendaba no desviar recursos a las unidades navales menores y concentrarlos en la construcción de los grandes y más avanzados barcos de guerra. Esto es lo que se conoce como "Doctrina de la Batalla Decisiva", y tenía su respaldo en el dominio marítimo indiscutible de más de 100 años que Inglaterra ejercía desde la batalla de Trafalgar.
El Kaiser Guillermo II

El libro de Mahan era la lectura de cabecera del Kaiser Guillermo II, monarca del joven imperio alemán desde 1888. Era una persona acomplejada por un defecto congénito en el brazo y por el poderío que exhibía la rama de su familia que reinaba sobre el Imperio Británico. Dispuesto a superar este último complejo promovió en su país la construcción de una flota de guerra que, de acuerdo con los principio expuestos por Mahan en su libro, colocaría a Alemania codo con codo entre las grandes potencias del mundo.
Alfred von Tirpitz

Si bien la influencia del monarca era innegable no le hubiera sido posible por sí sólo hacer su sueño realidad. A falta de otra cosa, no era suficientemente capaz. En cambio, Alfred von Tirpitz si era capaz. Tirpitz era oficial naval alemán y se le puede considerar como el "padre" de la Kriegsmarine lo mismo que más tarde Guderian sería el padre de las fuerzas blindadas alemanas. La función principal de Tirpitz en el armamento naval alemán de comienzos del siglo XX era la de relaciones públicas. La construcción de una flota de guerra que pudiera rivalizar con las de otras grandes países requería enormes cantidades de dinero, y Tirpitz dedicaba la mayor parte de su tiempo a visitar personalidades del Reich, diputados del Reichstag, y a defender su causa en los periódicos. Tuvo un innegable éxito, y desde 1898 hasta 1914 Tirpitz se salió con la suya la mayor parte de las veces consiguiendo equipar a la flota alemana con un número bastante respetable de grandes y modernos barcos de guerra.

El enorme programa de construcción naval germano tuvo un efecto inmediato sobre la gran potencia naval de la época. Gran Bretaña. Los británicos ya sufrían la competencia de la industria alemana en los mercados internacionales, y ahora veían como la flota alemana crecía de la nada y - con el respaldo del poderío industrial del país - recortaba velozmente la distancia en números que la separaba de la británica. El Reino Unido vio amenazado el status quo que se había mantenido en Europa desde el final de las Guerras Napoleónicas, y con ello su propio bienestar. Así fue como Inglaterra tomo dos medidas. Incrementar el tamaño de su propia flota para mantener ventaja sobre Alemania, y aliarse con Francia.

Desde el comienzo de la carrera militar naval los alemanes sabían que su programa de construcción iba a poner a Inglaterra contra Alemania. De hecho, la flota creada por el programa de construcción naval estaba diseñada para luchar contra Inglaterra. No faltaron voces dentro de Alemania que señalaron que para un país situado en medio de dos poderosos enemigos - Francia y Rusia habían establecido relaciones que se consolidarían en una alianza - añadir otro más a la lista no resultaba muy inteligente. Tirpitz rebatió estas objeciones con una teoría de disuasión que recuerda bastante a la que imperaba durante la Guerra Fría. Si bien la flota alemana jamás podría equipararse a la británica en número y potencia, si podía llegar a ser lo suficientemente grande como para que las pérdidas que la flota británica pudiese llegar a sufrir en una previsible gran batalla naval fuesen tan grandes que el Imperio Británico perdiese su posición de predominio naval frente a terceros países como Estados Unidos o Japón. El temor a las bajas y a la pérdida de posición impedirían a Gran Bretaña unirse a cualquier guerra contra Alemania. El tremendo gasto naval de Alemania en una flota de guerra tenía, pues, una función meramente defensiva y disuasoria.

No se pretendía arrebatar al Imperio Británico su control sobre las vías marítimas del mundo.  Pero resultaba difícil que en el Reino Unido vieran esto así. El hecho de que la Hochseeflotte (Flota de Alta Mar, o fuerza principal naval germana) no tuviese un alcance operativo superior a las 560 millas náuticas no podía menos que convencer a los ingleses de que ellos, que se encontraban dentro de ese alcance, eran el blanco elegido para esa arma.

Los primeros U-boote.

A pesar de la enormidad de su presupuesto militar naval, y que se procuraba gastar éste en lo más avanzado tecnológicamente, Alemania fue el último país entre las grandes potencias que incorporó submarinos a sus fuerzas navales. La principal oposición a los submarinos provenía del propio Tirpitz. Siendo nada menos que Gran Bretaña el enemigo a batir en construcción naval militar, dedicar recursos a la construcción de unidades distintas a los grandes buques de batalla que formaban la espina dorsal de la Hochseeflotte era visto como un despilfarro. Sucedía también que el submarino, lo mismo que el avión y el automóvil, era un desarrollo tecnológico reciente y como tal adolecía en sus primeros años de defectos de desarrollo.

Cediendo al final a presiones del hermano del Kaiser e Inspector General de la Marina, Tirpitz aprobaba en 1904 la construcción de un submarino que fue botado en diciembre de 1906 con la denominación U-1. Este primer sumergible de la marina alemana puede ser visitado hoy en día en Munich, en el Deutsches Museum.

El tardío comienzo alemán en la construcción de submarinos tuvo una cara y una cruz. En el lado malo está que para cuando estalló la guerra en 1914 la Marina Imperial disponía apenas de una veintena de sumergibles. Lo bueno era que habían podido aprender de los errores de otros y estos pocos submarinos se encontraban entre los más avanzados de su época, teniendo todos un diseño de "doble casco" en el que los tanques de lastre y combustible se encuentran fuera del cuerpo de presión.

Comenzando con el U-1 y hasta el U-18 la propulsión en superficie de los submarinos alemanes era mediante motor de gasolina. El U-1 tenía una velocidad máxima en superficie de 10 nudos, y desde ahí fue creciendo con cada unidad construida hasta llegar a los 14-16 nudos de los últimos "submarinos de gasolina". También fue creciendo el tamaño de cada serie, y con ello su radio de acción efectiva. El armamento quedo establecido relativamente pronto en 4 tubos lanzatorpedos - dos a proa y dos a popa - con dos torpedos de reserva a proa. La velocidad máxima bajo el agua quedo estable en 8-9 nudos, y la cota máxima de inmersión era de 50 metros.
U-15. Fue el primer submarino alemán hundido en la guerra.
Los motores de gasolina tenían bastantes inconvenientes. Eran ruidosos y planteaban problemas a la hora de lograr un gran radio de acción. La desventaja más importante tal vez fuera la de los gases que el propio motor generaba. Su acumulación bajo cubierta era bastante peligrosa. Para expulsarlos el submarino montaba una pequeña chimenea a popa que tenía que ser recogida cuando se iba a llevar a cabo la maniobra de inmersión, lo cual retrasaba esta maniobra de ocultación. Además, el humo generado por el motor era de un color blanquecino que muy bien podía delatar la posición de la nave.

Todos estos inconvenientes se terminaron con el U-19, el primer submarino con motor diesel. Este sistema de propulsión resultaba más fiable, menos ruidoso, permitía submarinos con mayor alcance, generaba menos gases peligrosos y menos humo. Desde el U-19 en adelante todos los submarinos alemanes tendrían propulsión diesel. U-19 se convirtió en el modelo base para los "submarinos de flota" (Flotten U-boote) hasta el final de la guerra. Con sucesivas mejoras en cuanto a alcance, motores, y diverso equipamiento técnico, estos submarinos mantuvieron constante la configuración de armamento de torpedos, velocidad en superficie y en inmersión, cota de profundidad máxima y tripulación (35 hombres) que los últimos modelos de submarinos de gasolina.

Habiendo crecido a la sombra de la Hochseeflotte, los primeros submarinos alemanes se integraron como unidad subordinada de ésta, participando en maniobras conjuntas. El cometido principal de los submarinos era el de fuerza de avanzada, sirviendo a al vez para el reconocimiento y - si se presentaba la oportunidad - atacar a la fuerza principal del enemigo (Gran Bretaña) y lograr reducir la desventaja en navíos de línea de los alemanes causando alguna baja entre los del oponente.

Este es el motivo por el cual no se consideró necesario proveer de un cañón de cubierta a estos primeros submarinos. Estarían en desventaja en un duelo de artillería contra cualquier unidad naval militar. En principio, pues, y a pesar de que los submarinos que se construían tenían cada vez un alcance mayor, no se contemplaba su uso para atacar las rutas mercantiles de Reino Unido.

Incluso así, la "guerra de corso" si tenía cabida como ejercicio intelectual. Sólo así se explica un informe muy citado en la literatura, elaborado por el Kapitänleutnant Ulrich-Eberhard Blum. En él se estudiaba un bloqueo del Reino Unido mediante submarinos. Cifraba en 222 los submarinos necesarios para que dicho bloqueo fuese efectivo, siguiendo como criterio que en todo momento 1/3 de los submarinos estarían en puerto en reparación y mantenimiento, 1/3 estarían en tránsito de ida y vuelta de las zonas de operaciones, y 1/3 estaría patrullando en las zonas de operaciones que el informe consideraba necesario ocupar. Unas 48.

Para cuando Blum emitía su informe, faltaban ya sólo unas semanas para el estallido de la Primera Guerra Mundial. Alemania contaba únicamente con poco más de 20 submarinos.

Comienzos de la Guerra.

El Bloqueo.

Nada más comenzar la guerra en agosto de 1914 la Real Marina Británica tenía dos importantes misiones que cumplir.

La primera era una misión de corto plazo y efecto inmediato: dar cobertura al traslado de la Fuerza Expedicionaria Británica a través del Canal de la Mancha hasta Francia. Cumplió esta misión a la perfección y sin incidencias. Al buen fin de la operación contribuyó sin dudas el hecho de que por parte de la Marina Imperial germana no se hiciera ningún intento por estorbar en lo más mínimo los convoyes de tropas.

En no poca medida ello se debía a que en Alemania no existía un planeamiento conjunto entre Ejército y Armada. El Ejército se metió en la guerra con un plan para ganar el conflicto en solitario, sin intervención alguna de fuerzas navales. Tras fracasar este plan, el Ejército alemán solicitaba puntualmente la ayuda de la Marina, por ejemplo, para tratar de interceptar subsecuentes transportes de tropas a través del Canal de la Mancha. Entonces la Marina enviaba un par de unidades de destructores y submarinos durante un tiempo, y luego los retiraba hasta que el Ejército se volvía a acordar de hacer otra petición. En Alemania no hubo jamás un Estado Mayor que llevase a cabo una estrategia global para la guerra coordinando las acciones de ambos ramos de las fuerzas armadas e imponiéndoles decisiones que sirviesen a dicha estrategia. Marina y Ejército alemanes luchaban cada uno su guerra por separado, y ello fue una de las razones para la derrota final de las Potencias Centrales.

La otra misión que debía ser resuelta por la Royal Navy era de largo plazo: establecer un bloqueo marítimo sobre las Potencias Centrales.

El bloqueo naval como arma había resultado una constante de la estrategia británica desde el siglo XVII. Había establecido dicho bloqueo con mayor o menor éxito en todas las guerras con potencias europeas que había librado desde entonces. Antes de la PGM había establecido uno muy efectivo contra Napoleón y que había sido motivo de una guerra (la Guerra de 1812) contra la joven nación de Estados Unidos.

El bloqueo marítimo era una herramienta de la guerra sobre la cual se habían convocado conferencias internacionales que establecieron reglamentos acerca de como debía llevarse a cabo dicho bloqueo, y que mercancías eran las que podían ser interceptadas y cuales se podía dejar pasar. En principio, todos los buques mercantes enemigos eran susceptibles de ser capturados independientemente de su carga. En cambio, los buques neutrales únicamente podían ser detenidos si - tras comprobar sus manifiestos de carga - se determinaba que llevaban hacía el enemigo mercancía que se podía considerar le ayudaba a proseguir la guerra. Es decir, "contrabando de guerra". En los mencionados acuerdos internacionales se establecían detalladas listas de contrabando.

La Marina Británica se las saltó todas. Desde muy pronto elaboraron sus propias listas que contenían muchas mercancías que no se habían considerado contrabando previamente. Y lo que no estaba incluido se fue incluyendo paulatinamente hasta terminar incorporando prácticamente todo. En una guerra que se iba a convertir en total el bloqueo marítimo británico fue bastante total desde el inicio.También ilegal al saltarse los acuerdos, aunque siempre se puede presentar como excusa que el último de estos acuerdos - La Declaración de Derechos del Mar de Londres de 1909 - no había sido ratificado por el parlamento inglés.

Independientemente de cualquier discusión legal, lo cierto es que para Reino Unido el aceptar cualquier limitación del bloqueo hubiera supuesto arrojar al suelo su arma más efectiva.

Las consecuencias del bloqueo fueron muy serias. Se puede considerar como una de las principales razones para la capitulación de las Potencias Centrales en 1918. El efecto no fue, obviamente, inmediato y el símil más apropiado es tal vez el de una bomba de tiempo que - expirado un plazo - le iba a estallar a Alemania y sus aliados con serias consecuencias.

En Alemania se hizo todo lo posible para demorar dicho estallido. Gracias a las minas de hierro y carbón que había tanto en el territorio ocupado por las Potencias Centrales, como en los países neutrales vecinos - como Suecia - cuyo flujo de mercancías no podía ser interrumpido por el bloqueo, el grueso de la industria de guerra alemana pudo seguir operando hasta el final sin demasiados problemas.

En otros materiales menos frecuentes (como el caucho) se produjeron con el tiempo escaseces bastante agudas cuyo efecto hacía el final de la guerra se hizo inevitable. Hasta entonces se pudo aguantar gracias a medidas de racionalización impulsadas por hombres como Walther Rathenau, que vio recompensados sus esfuerzos con el asesinato a mano de radicales antisemitas en 1922. También es destacable el desarrollo por científicos alemanes del Proceso Haber-Bosch, gracias al cual se pudo compensar la interrupción de suministro de Nitrato de Sodio, indispensable para la producción de explosivos. Sin este oportuno desarrollo científico los alemanes se hubieran quedado literalmente sin municiones al cabo de pocos meses.

Pero lo que no pudo evitar el ingenio económico ni científico era el hecho de que el bloqueo afectaba al suministro de alimentos de las Potencias Centrales. Antes de la guerra Alemania no sólo importaba alimentos, sino también piensos y fertilizantes para sostener su propia producción agrícola. Durante año y medio aproximadamente la producción agraria alemana pudo mantenerse a cierto nivel. Pero en el invierno de 1915 a 1916 la falta de piensos y la propia temporada invernal (en la que no crecen pastos) obligó a realizar una matanza generalizada de ganado que fue el inicio de una espiral de catastrófico declive agrario (el ganado muerto dejó de aportar a su vez fertilizante a los campos).

La principal víctima del bloqueo era, al final, la población civil de las Potencias Centrales. Los altos mandos aliados seguramente eran plenamente conscientes de esto y no titubearon ni un sólo instante. En el lado alemán al principio hubo estupor por el extenso alcance del bloqueo naval, que se convirtió en rabia conforme las consecuencias del bloqueo sobre la población civil se iban haciendo más evidentes.

La extensión del bloqueo no fue el único motivo de sorpresa para los alemanes, también lo fue la estrategia de su aplicación.

Bloqueo Cercano - Bloqueo Lejano.

Siendo una constante de su estrategia desde hacía siglos, el bloqueo marítimo británico era algo en lo que todo país podía contar con total seguridad si se enfrentaba al reino insular. La táctica de su aplicación también se había mantenido constante durante todo ese tiempo, siendo conocida como Bloqueo Cercano. Es decir, la flota británica hacía una vigilancia cerrada de las costas enemigas a no mucha distancia de las mismas.

Este sistema tenía bastantes ventajas. Garantizaba que sólo se iba a inspeccionar la carga de aquellos barcos que iban dirigidos hacía las costas enemigas, o intentaban partir desde ellas. Además, si la flota enemiga intentaba realizar una salida, la flota bloqueadora se encontraría directamente a la salida del puerto esperándola a menudo en una posición ventajosa. También servía para interceptar la navegación costera, que puede llegar a ser importante para la economía interna de un país.

Este era el tipo de bloqueo que se había utilizado contra Napoleón cien años antes. Hasta cierto punto era una táctica de bloqueo impuesta por la tecnología de la época, anterior a la telecomunicación por radio. Tan sólo la presencia de la flota bloqueadora ante el puerto permitía su acción inmediata ante cualquier salida del enemigo y con ello la efectividad del bloqueo.

Ya en tiempos de Napoleón el Bloqueo Cercano tenía sus inconvenientes. Imponía a los barcos de la Royal Navy un desgaste de material y hombres por tener que encontrarse constantemente en el mar. También era inefectivo a veces, cuando el mal tiempo o una retirada temporal de los ingleses para aprovisionarse permitía a la flota enemiga escapar del puerto bloqueado.

Para comienzos del siglo XX el avance de la tecnología había hecho obsoleto el Bloqueo Cercano. La radio permitía que la flota de bloqueo permaneciese amarrada en un puerto cercano, saliendo de manera inmediata cuando era avisada a distancia por un pequeño buque de reconocimiento. La propulsión de los barcos ya no era a vela, sino por máquina impulsada con carbón o petróleo, lo que permitía por un lado una mayor velocidad de reacción, y por otro hacía más costoso que antes la mera permanencia en el mar de la flota. Por último, el desarrollo de minas y torpedos hacían muy peligroso el despliegue de unidades pesadas de la flota cerca de las costas enemigas.

Como consecuencia de todo esto, en 1913 el Almirantazgo británico decidió cambiar su concepto táctico y se decidió emplear el Bloqueo Lejano en caso de guerra con Alemania. De acuerdo con este plan, el Canal de la Mancha sería cerrado mediante campos minados y unidades ligeras (cruceros y destructores). Más fuerzas ligeras patrullarían el trecho de mar entre Noruega y Escocia e interceptarían a todo barco que intentase entrar por esa vía hacía el Mar del Norte. Mientras, la Grand Fleet - el grueso de la marina de guerra británica con todos los acorazados más modernos - aguardaría en puertos de Escocia como el de Scapa Flow, lista para salir en cuanto tuviese la menor noticia de acción por parte de la Hochseeflotte.

La aplicación de este Bloqueo Lejano se hacía con bastante poca violencia. Cualquier mercante alemán interceptado no tenía más opción que rendirse. Los neutrales eran interceptados, registrados y, si su carga iba destinada a Alemania se les llevaba a un puerto británico dónde era comprada y descargada por el Reino Unido. Tras eso el barco neutral podía continuar libremente. Los aliados pronto instituyeron un sistema de Certificados de Destinatario Final para cerciorarse que aquellas mercancías que iban a naciones neutrales como Dinamarca o Países bajos no fuesen desviadas a las Potencias Centrales. Algunos países neutrales protestaron, pero ninguno se planteo una resistencia seria al Bloqueo.

La flota de guerra alemana había sido concebida y preparada con la idea que los británicos iban a practicar un bloqueo cercano. Toda posibilidad disuasoria de la Hochseeflotte sobre la política británica descansaba en la idea que mediante el uso de minas, lanchas torpederas, y submarinos, la flota británica sería debilitada lo suficiente en su aproximación a la costa germana como para que la flota alemana pudiese enfrentarse al enemigo en condiciones favorables. A pesar de recibir avisos acerca del cambio de táctica naval británica, los alemanes siguieron pensando que el comienzo de cualquier guerra con Inglaterra estaría marcado por una aproximación de la flota británica a las costas alemanas, donde se lucharía una gigantesca batalla naval de proporciones épicas.

Así que al comenzar la guerra la flota de guerra alemana se mantuvo en puerto esperando a que la flota británica apareciese en el horizonte.

Y esperaron.

Y esperaron.

Y esperaron.

Transcurridas unas cuatro semanas, estaba claro que Gran Bretaña se había decidido por imponer un bloqueo lejano y la flota británica no iba a acercarse a lo loco al apocalíptico encuentro naval que se esperaba. Aún más, el 28 de agosto de 1914 tenía lugar una escaramuza en la que los alemanes se llevaban la peor parte y perdían tres cruceros ligeros. No era más que una pequeña parte de la Hochseeflotte, pero demostraba lo fácil y rápido que se podían perder barcos muy valiosos en la guerra naval moderna.

Tras el combate el Kaiser hacía uso de sus prerrogativas monárquicas e imponía a la Hochseeflotte una prohibición de hacer cualquier salida de puerto sin su autorización expresa. Le impulso a esta decisión el miedo razonable a perder años de costosísima construcción naval en muy pocas horas de combate. También pensaba en la posición internacional de Alemania tras la guerra, que quedaría muy mermada si perdía su flota aunque ganase la guerra terrestre.

Se puede considerar también como una reacción ante el estamento militar alemán. Con la excusa del Plan Schlieffen como solución al cerco diplomático que experimentaba el país, el ejército alemán había secuestrado el control de la política exterior de Alemania durante aquel verano de 1914 y la había metido en una guerra ante la incredulidad del Kaiser y del Canciller Bethmann-Hollweg que habían querido detener todo aquel proceso muy poco antes del estallido del conflicto. El mando de los ejércitos de tierra estaba completamente en manos del Estado Mayor y allí el Kaiser no pintaba nada, pero dentro de la marina de guerra que había contribuido a crear, Guillermo II podía recuperar terreno y demostrar que todavía tenía cierta capacidad de control sobre el rumbo de la guerra.

La prohibición de salir a la mar sentó muy mal a la Marina Imperial. El principal perjudicado fue Tirpitz, quien había soñado con tomar el mando directo de la Hochseeflotte en caso de estallar una guerra y liderarla a su gloriosa batalla final. Ahora, desprestigiado por no haberse cumplido el pronóstico de que la flota disuadiría a Inglaterra de entrar en guerra con Alemania, y porque los ingleses tampoco se habían ceñido al plan alemán y habían acudido hacía la costa alemana, se sentaba ocioso en Berlin. Barruntando alguna forma de recuperar protagonismo.

Primeros éxitos.

Al ser unidades menores, los U-boote no estaban sujetos a las mismas restricciones operativas que el grueso de la flota alemana. Ello no contribuyo a que sus primeras semanas fueran más brillantes que las del resto de las fuerzas navales germanas. De acuerdo con la noción del esperado Bloqueo Cercano los submarinos se mantuvieron a la espera cerca de la costa o hacían patrullas a no mucha distancia de la costa, en áreas desprovistas de navíos enemigos. Finalmente se lanzó una operación de búsqueda de la flota enemiga con 9 submarinos en la que no se logro nada salvo la pérdida de dos sumergibles. En un mes los alemanes habían perdido un 10% de su fuerza de submarinos a cambio de nada.

El panorama cambió de manera espectacular con el hundimiento en pocas horas de tres cruceros británicos por parte del U-9 el 22 de septiembre de 1914, que ya he narrado de manera más detallada en otra entrada anterior. El 5 de ese mismo mes otro crucero ligero era hundido por el U-21. Mientras la flota principal permanecía amarrada en puerto, los pequeños submarinos salían al mar y causaban serias pérdidas a la misma flota enemiga que amenazaba con el hambre a la población civil de Alemania. El arma submarina se hacía tremendamente popular y muchos jóvenes y ambiciosos oficiales solicitaban su traslado a sumergibles.

Poco tiempo después de aquello, en octubre de 1914, el U-17 salía de patrulla. Como otras tantas veces, el mar se encontraba vacío de navíos de guerra enemigos. Cansado por la falta de acción y ante la falta de blancos militares, el comandante alemán decidía interceptar y detener al pequeño mercante inglés Glitra, de 866 toneladas. Tras hacerse detener al mercante, se permitió a la tripulación abandonar el barco antes de hundirlo. Las condiciones metereológicas eran buenas y la costa noruega se encontraba a siete millas. La tripulación del mercante no sufrió daños.

A pesar de todo, a su retorno a puerto el comandante del U-17 tuvo que dar muchas explicaciones por lo que había hecho. El hundimiento del Glitra se ha presentado en ocasiones como un hito en la historia de la guerra naval. El comienzo de la guerra submarina contra el tráfico mercante. Tal vez sea más adecuado ver en aquella travesía del U-17 una versión reducida de lo que le sucedía a toda la Marina Imperial: la búsqueda de una nueva misión ante la falta de perspectivas de aquella para la que había sido concebida.

martes, 11 de febrero de 2014

Adelante con el CAFE 2014

Escribo brevemente para confirmar que el Campeonato Abierto de Friedrich de España de 2014 va a celebrarse de 13 de Junio al 15 de Junio en Madrid. Se ha alcanzado la cifra mínima de 12 preinscritos. De hecho, tengo entendido que por ahora somos 13.

Quiero agradecer a todos los que lean este blog y se hayan inscrito el apoyo al proyecto que gracias a vosotros vale la pena llevar adelante. A todos vosotros, ¡nos vemos en junio!.

Al mismo tiempo aprovecho para recordaros el enlace para la inscripción en el CAFE 2014. Que hayamos logrado alcanzar el mínimo de jugadores no quiere decir que no queden aún bastantes plazas para aquellos que se quieran animar. ¡Seguís estando invitados!.

martes, 4 de febrero de 2014

Zombies y vampiros

Durante la última sesión de nuestro Club de Friedrich, me quede a almorzar con Ringard en un restaurante de Galapagar. Nos encontrábamos solos en la sala del restaurante, y encendieron la tele. Así que mientras comíamos estuvimos viendo las noticias del canal Cuatro.

Fueron todo un recital de sucesos. Que si han asesinado a un niño en Inglaterra, que si ha caído un tornado en el centro de los Estados Unidos, que si han secuestrado a unos turistas en África... .Naturalmente, el territorio nacional no se salvaba, con accidentes de automóvil y reyertas varias. También había lugar para las curiosidades, como alguno que hubiera batido algún absurdo record Guiness, o videos de bebes, gatitos, animales o caídas que te puedes encontrar perfectamente en Tutubo sin tener porque encender la tele.

Sirvió para recordarme por qué hace tanto tiempo que no veo las noticias de la tele salvo los titulares, y exceptuando canales extranjeros de noticias. No es tanto por lo desagradable de tanto descuartizamiento, robo, saqueo, violación, palizas y agresiones varias. Lo que me molesta es que me saturen de noticias que no son relevantes, salvo para víctimas y agresores directamente, claro. 

Al comienzo del telediario hubo como unos cinco minutos de autocomidas de polla de los políticos que lideran los dos principales partidos de este país, pero nada más. Nada importante. Nada sobre cómo se ha generado tanta corrupción en este país, y que partes de nuestro ordenamiento jurídico y constitucional hacen que los que lo cometan se sientan impunes. Nada de las estrechas relaciones entre la política y la prostitución según en que regiones. Naturalmente, ningún intento de análisis acerca de si la política económica dictada por Bruselas y Berlin nos lleva realmente a alguna parte. Eso es dogma de fe. Nada, en general, que intentase explicar por qué las cosas son como son.

Comentándolo con Ringard, llegamos a la conclusión de que las noticias de sucesos y curiosidades no cuestionan el orden establecido. Y esto no sólo satisface a las clases dirigentes, principales beneficiarias de este orden, sino que también nos satisface a nosotros. El público. Explicar el por qué de varias cosas que no funcionan implica una invitación a actuar para solucionarlas. A hacer algo. A realizar algún esfuerzo. Mientras que si únicamente te cuentan lo que está mal, sin el por qué, no te muestran razón alguna para actuar para solucionarlo. Las cosas son así, y punto. Ir más allá de la superficialidad de las noticias requiere un esfuerzo por parte del espectador para indagar y buscar más información. Al final, en lo que al público se refiere, es todo cuestión de algo que estamos muy poco dispuestos a realizar: esfuerzo.

Cierto es que el formato de media hora de noticias no permite gran cosa en lo que a análisis y profundidad en la información se refiere. ¿Sería posible otro formato?. ¿Alguno de vosotros estaría dispuesto a sentarse a ver un telediario de 2-3 horas?. Sin embargo, yo pienso que el formato es únicamente un reflejo de la falta de interés por dar información realmente interesante. Por un lado, existen canales dedicados exclusivamente a la información, pero están tan centrados en mantener la información "a la última" que no hay mucho lugar para el análisis. Por otro, los canales "convencionales" tienen también programas especializados en información con cierta longitud, pero es fácil que por los temas escogidos y por la forma de tratarlos, el asunto en cuestión tiende a tratarse de manera sesgada y superficial. 

Intereconomía y 13Tv dedican mucho de su tiempo de emisión a las noticias, su análisis y su discusión en tertulias. Que estos programas den información de calidad es otra cosa. Ana Pastor me parecería una periodista fiable si en su programa de entrevistas se hubiera ensañado con Zapatero de la misma manera que lo hizo con Wert. Pero lo cierto es que no lo hizo.

Como en todo, hay excepciones que resaltan precisamente por serlo. Se os vendrá a la cabeza el programa "Salvados" de Jordi Evole. Es sintomático que este reportero comenzase su carrera de entrevistas como humorista. Que la ingenuidad fingida con la que se aproxima a las personalidades que entrevista fuera originalmente parte de una broma, cuyo propósito era generar situaciones divertidas, y no informar o ayudar a formar una opinión. A título personal diré que en los programas de Evole, las cosas que no se dicen son casi tan importantes como las que se dicen. Entender esto que he dicho requiere, de nuevo, esfuerzo.

Aquel telediario de sábado al mediodía me trajo también a la memoria el capítulo "Mondo Miedo" del fabuloso videoblog Reflexiones de Repronto. En el vídeo de ese capítulo se hacía un breve resumen de la historia del cine de terror y de como se utilizaba para aleccionar, por ejemplo, a los jóvenes acerca de los peligros del sexo mediante películas en las que toda joven pareja adolescente era descuartizada justo cuando se disponían a echar una canilla al aire. Luego se preguntaban si existía alguna modalidad de cine de terror para adultos, y tras responder afirmativamente a esta pregunta, terminan estableciendo una relación directa entre las técnicas audiovisuales de películas de terror y noticiarios televisivos. Es entonces cuando el narrador de este corto vídeo nos plantea "cuando los informativos se presentan como películas de miedo para adultos, tal vez nos están tratando como a adolescentes".

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A más largo plazo, ese vídeo de apenas 6 minutos me ha llevado a reflexiones sobre el miedo, nuestros miedos como individuos y como sociedad, y su reflejo en arte y medios audiovisuales contemporáneos. La apelación al miedo no se encuentra sólo en los ya mencionados telediarios, sino también en anuncios de alarmas de seguridad (miedo a intrusos en la casa) y de medicamentos (miedo a la muerte). Estos últimos se ven complementados además por programas como "Saber vivir", que explota el miedo a la muerte en un sector de la población para el que, por su edad, la Parca tiene una presencia bastante real en sus vidas.

Pero en ocasiones la manifestación audiovisual del miedo no se esconde tras el paradójico título de un programa de televisión mañanero. A veces el miedo se nos expone de manera bastante directa, y ello nunca ha sido menos cierto que con las estrellas del miedo de la actualidad: los zombies.

Zombis, zombies... , uno se los encuentra a punta pala en varias películas nuevas cada año, en series de televisión, y en algunas de las novelas que más venden. Para cuando me topé - en una visita a una librería - con "Orgullo, prejuicio ... y Zombies", no pude evitar pensar si la cosa no estaba llegando demasiado lejos. Yo, lo mismo que algunos otros por allí con los que he hablado del tema, me he preguntado ¿a qué viene tanto entusiasmo por los zombis?. Influido por el vídeo de Repronto, llegué a una primera conclusión: el entusiasmo por los zombis tiene que ser el reflejo de un miedo presente y real en nuestra época.

¿Cuál?. Para saberlo hay que pensar en algunos aspectos típicos de los zombis. En primer lugar, son masivos. Son numerosos. Su cuantía es uno de los aspectos que más terror produce. El segundo factor que incrementa el acojone producido por los zombis es que se multiplican. Aumentan en número, y aparentemente lo hacen de manera exponencial y rápida. En un momento dado puedes estar hablando con tu vecino, mirar un rato hacía otro lado, y al volverte ya está convertido en un zombi que se acerca para morderte las criadillas. El tercer factor es que los zombis devoran. Una cosa es que te mueras, y ya muerto hagan un festín con tu cuerpo. Morir devorado mientras vives es una de las peores muertes imaginables, y que ha sido explotada tanto por cuentos infantiles como por otras ramas de la cinematografía de terror, como en la película Tiburón. El último aspecto terrorífico de los zombis encierra una contradicción. Se trata de su aspecto visual, que es al mismo tiempo tan desastroso y lamentable como vagamente reconocible. Por un lado tienes las pieles pálidas y putrefactas, los rostros deformes, las heridas abiertas, y la ropa manchada de sangre y mugre. Pero por otro puedes reconocer en aquello la persona que era en el momento de su "no-muerte". Policía, bombero, si todavía llevan uniforme; o su clase social, si lleva traje puede que sea un hombre de negocios, mientras que si lleva vaqueros, gorra de visera, y tiene panza cervecera será un patán de pueblo o un camionero.

La inspiración para revelar el misterio me llegó en una madrugada ociosa de vacaciones, en la que ví un capítulo de la corrosiva serie de animación South Park. Para ser más específicos, me refiero al capítulo 7 de la temporada 11 de dicha serie, titulado "Night of the Living Homeless". En español, "La Noche de los Mendigos Vivientes".

En este capítulo el pueblo que da nombre a la serie se ve asolado por una muchedumbre de indigentes que acosan a los habitantes del lugar con el persistente quejido "¿tienes suelto?". Uno de los ciudadanos de South Park, al verse rodeado por los mendigos comienza a entregarles las monedas y billetes de bajo valor que tiene, hasta que se queda sin dinero y entonces se une a la muchedumbre mendicante gimiendo "¿tienes suelto?" a todo aquel que se cruza en su camino. En otra escena, un grupo de "supervivientes" ha encontrado refugio en la azotea de un supermercado, mientras que a sus pies una densa masa de mendigos mantiene un férreo cerco. Uno de los refugiados consigue que su móvil tenga señal y llama a su mujer, quien le comunica que la invasión de mendigos ha depreciado tanto el valor de su casa que ahora ésta vale menos que la hipoteca que contrato para comprarla. Asolado, el hombre reconoce "estoy arruinado". Por falta de saldo bancario su móvil ya no funciona, y con la intención de llamar a su mujer desde una cabina telefónica comienza a preguntar a los demás supervivientes "¿tenéis suelto?". En ese momento, otro de los que se encuentran en la azotea le revienta los sesos con un disparo de escopeta.

No me consta que los creativos de la serie tuvieran intención de hacer alguna crítica social con este episodio. Lo que si es seguro es que establece de manera nada sutil una relación entre la imagen de esos personajes ficticios que son los zombies y los "homeless" o mendigos. Esta relación es especialmente acertada en el caso norteamericano. En un país en el que recibir asistencia sanitaria requiere tirar de talón, el hecho de que haya mendigos que sin medio aparente de subsistencia se empeñen en seguir vivos es algo que desafía tanto la lógica convencional como ver que alguien se levanta de entre los muertos tras haber certificado su muerte. El título de "Living Homeless" no es tanto una coña a costa de la película de George Romero como una declaración: los mendigos deberían estar todos muertos.

¿Es aplicable la analogía norteamericana a España?. Aunque mi sentido común me dice que con esta recesión económica lo más seguro es que el número de mendigos ha aumentado, no tengo manera alguna de demostrarlo. Lo importante para el tema que estamos tratando es que la mendicidad en España, aunque haya aumentado, no se ha convertido en esa oleada avasalladora que es representativa de una infestación de zombis.

Si cumple esta condición un grupo social que ha experimentado un notable auge en estos últimos 5 años: los parados. Enseguida comprendí que este grupo social cumplía todas las condiciones. La primera era su mera cuantía. La segunda es su indudable expansión en número.

La característica devoradora de los zombis se aplica también a los parados, aún a pesar de sí mismos. En su campaña para persuadirnos que los beneficios sociales son malos, elementos de nuestra derecha más simpática insisten en hacernos ver a los parados como un lastre para el erario público, que devoran a través del subsidio de desempleo. También es cierto que, agotado dicho subsidio, muchos parados se ven obligados a vivir de la caridad, sino de los viandantes como hacen los mendigos, si de amigos y familiares. A diario se nos recuerdan los casos de familias enteras cuyos recursos enteros son "consumidos" por varios de sus miembros en situación de desempleo, siendo por ejemplo un pensionista o una pareja de pensionistas quienes tienen que sostener a varios hijos.

El aspecto visualmente lamentable de los zombis tiene un reflejo más conceptual, pero no menos intenso, en los parados. El parado tiene aspecto lamentable sobre todo para los potenciales empleadores, que son más proclives a descartar a un candidato desempleado que a otro que está buscando empleo mientras trabaja. Este es un hecho constatado para los desempleados de larga duración. Aunque un desempleado de larga duración no sea discriminado por familiares y amigos (algo que no siempre sucede) si lo es por el mercado de trabajo que en última instancia es su vía de salvación. El círculo vicioso que esta situación genera tiene una salida tan difícil, que se puede decir que el parado de larga duración está muerto en vida. A menudo, el deterioro en el aspecto del desempleado es bastante real. Dado que son personas que ya no disfrutan de un nivel previo de ingresos muchas veces se ven obligados a recortar en gastos en ropa, medicinas, y ocio.

Hay más razones para ver la analogía zombis-parados, pero lo dejaré que las que ya he dado sirvan como pie para que imaginéis el resto.

Parados en España, mendigos en E.E.U.U.. En una época en la que estamos viviendo grandes movimientos migratorios desde países subdesarrollados que son resistidos por los países de destino con argumentos basados mayormente en el temor (a ser sobrepasados en número por los inmigrantes, a que los inmigrantes "devoren" nuestros recursos) el símil inmigración- horda de zombis se hace más que aparente. ¿Alguno asocia mentalmente las imágenes de algunas películas de zombis con las de asaltos masivos a las vallas en Ceuta y Melilla?. 

Mendigos, parados, inmigrantes... todos tienen una cosa en común: son víctimas del sistema económico. Los zombies están de moda porque son un eco, una representación del miedo imperante en casi todas las sociedades del mundo hoy en día: el miedo a ser atropellado por los vaivenes económicos. Y precisamente en un tiempo en el que el número de víctimas por este motivo no hace más que aumentar, es por ello que la representación mitológica que los representa se vuelve tan popular. Simplemente, es muy fácil hacer la asociación.



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Dentro de la ficción de terror el desarrollo que ha tenido el personaje del vampiro resulta bastante curiosa. La leyenda original de los Balcanes describe síntomas que recuerdan bastante a la rabia. A partir de ahí Bram Stoker adaptó esas leyendas en una novela clásica del género que sentaba bastantes pautas que se han mantenido desde entonces. Para cuando llego al cine, el vampiro tenía ya unas características que iban a quedar marcadas hasta los años ochenta del siglo XX.

  • Es un miembro de la nobleza. O sea, es de clase alta.
  • Es viejo, muy viejo.
  • Es inmortal.
  • Feo de cojones. Comenzando por el Nosferatu de Murnau, pasando por Bela Lugosi hasta Christopher Lee, que tampoco son bellezas que digamos.
  • Vive de chuparle la sangre a personas de clase social inferior.
  • Víctima predilecta: jóvenes, hermosas, e inocentes mujeres de clase social inferior.
Este último detalle es el que ha hecho que las historias de vampiros generen interés durante muchos años. Si la víctima es un anciano, o un hombre o mujer ya adultos no se lamenta tanto. Ya han vivido parte de sus vidas. Los niños ya están saturados como víctimas potenciales de toda una serie de malvados, desde el Lobo Feroz hasta el Hombre del Saco. Otro más no hace mucha diferencia.

En cambio las jóvenes hermosas e inocentes tienen toda la atención del público. Especialmente el masculino. La sexualidad reprimida encontraba a través de las historias de vampiros una válvula de escape. La novela de Stoker se publicó en una época y lugar dónde la represión de la sexualidad era bastante severa, y es cuando se tiene esto en cuenta que se hacen reveladoras de su éxito aquellas partes de la novela en la que la principal protagonista femenina relata su misteriosa atracción por un "hombre" (Drácula) que no es su marido.

Las historias de vampiros eran advertencias sobre lo que podía pasar si una joven mantenía relaciones con el personaje representado por el vampiro - aspecto que ya trato más adelante -. La muerte era el menos malo de los destinos. El peor era que la joven se "uniera" al vampiro. En ese caso se convertía en una extraña para su familia y conocidos, hacía los que volvía regularmente para acosar y avergonzar al mostrarles el grado de depravación que había alcanzado. "Mira en que se ha convertido tu hija. Me pregunto a quién le ha salido. A mí no, desde luego."

¿Qué personas de la vida real representaba el vampiro que constituían un peligro para las jóvenes hermosas de clases inferiores?. Pues eran personas de condición social muy diferente a la de su víctima. Es decir, clase alta y nobleza. También había una gran diferencia de edad entre predadores y víctimas. En resumen, las historias de vampiros eran advertencias dirigidas a jóvenes mujeres casaderas de clase social media o baja para que no cayesen en las garras de ricos viejos verdes.

Ahora puede parecernos una advertencia algo ridícula. Pero hay que comprender que buena parte de estas historias noveladas o fílmicas de vampiros han salido a la luz en un tiempo en el que las mujeres han tenido poco poder para controlar sus vidas. Las mujeres tenían acceso a menos recursos económicos que los hombres, y para que se las considerase como realizadas tenían que unirse a un hombre. En esas circunstancias, los hombres viejos y ricos que aprovechaban su poderío económico para usar y abusar de las jóvenes eran un peligro muy real.

Tras décadas de lucha, en los países desarrollados las mujeres han ido logrando una equiparación de derechos con los hombres en muchos de los países del "Primer Mundo". Dueñas por fin de su destino y con acceso a ayudas públicas y a recursos económicos que pueden administrar con independencia de lo que cualquier hombre diga, las jóvenes ya no tienen que dejarse caer en brazos de un viejo verde con pasta para salir adelante. Hacía los 80 las historias de vampiros que seguían las pautas "clásicas" perdían fuerza.

Fue entonces cuando el "subgénero" vampírico comenzó a reinventarse. En mi opinión el cambio vino marcado por "Entrevista con el vampiro". Sobre todo en su versión de cine. Algunas pautas se mantenían. Los vampiros pertenecían a la clase alta, o por lo menos sabían como vivir rodeados de abundancia material. La preferencia de víctimas seguía siendo mujeres jóvenes. 
 
Sin embargo, el personaje era humanizado mediante diversos recursos. El más importante es que la historia es contada desde el punto de vista del propio vampiro. El personaje mata, pero lo hace por necesidad, por un impulso verdaderamente irrefrenable y tras un considerable conflicto social. El vampiro ya no es un ser malvado, sino más bien ambiguo. Muy importante también es invertir la condición predador-presa. Ahora los vampiros tienen un miedo constante a ser descubiertos y liquidados por los "humanos normales" que son mucho más numerosos y omnipresentes. Por último estaba la elección de actores para representar personajes vampiros. ¡Qué se mueran los feos!. Ahora los papeles de vampiros eran interpretados por galanes de cine.

La transformación de las historias de vampiros aparentemente se completa con "Crepúsculo". Aquí la historia es contada desde el punto de vista no ya del enemigo del vampiro, como en las primeras historias, ni del propio vampiro. Es la víctima, la joven inocente, la que cuenta su historia. Este esquema narrativo tiene sentido en una sociedad en la que la mujer tiene pleno control sobre su propio destino. Así, la mujer deja de convertirse en víctima del vampiro. Se junta con él porque quiere.

Para darle más sentido a la decisión de la joven, el personaje del vampiro sufre alteraciones al tiempo que se mantienen algunas convenciones. El vampiro sigue perteneciendo a una clase social diferenciada y superior a la de la protagonista, lo que se revela en aspectos como la indumentaria y el bienestar material que lo rodea. De nuevo es interpretado por un galán. La ambigüedad moral desaparece. El vampiro ahora es "bueno". Ya no mata personas, y en la historia aparecen otros vampiros "malos" que si son asesinos y que aportan a la vez un contrapunto y algo de acción a lo que de otra manera resulta una historia bastante soporífera. Otro contrapunto al "vampiro bueno" lo ponen los propios humanos, que en varias ocasiones son representados como malvados - intentan violar a la protagonista - o dañinamente estúpidos - uno por poco mata accidentalmente a la protagonista, siendo ella salvada por el vampiro -.

Los cambios que han experimentado las historias de vampiros han sido ocasionados sobre todo por el nuevo papel que la mujer tiene en las sociedades modernas. No obstante, han servido también para "lavar la cara" a la imagen se daba de la clase alta. Ésta ya no pertenece a la nobleza, o este hecho se oculta. Su aspecto visual se ha mejorado y rejuvenecido notablemente. Se le ha transformado de predador a perseguido. Contrasta con la imagen antigua, en la que la clase alta era enemiga irreconciliable del pueblo llano y lo explotaba sin piedad. En general, las historias de vampiros que se cuentan ahora siguen un patrón muy acorde con la imagen que la clase alta desearía dar de sí
 
Hasta tal punto es así, que ya ni siquiera hace falta recurrir a la alegoría de la criatura fantástica como el vampiro para contar la historia del varón de clase alta que seduce a la inocente joven de clase humilde y se aprovecha de ella. Esta es la base de la historia que cuenta "50 sombras de Grey ", la cual comenzó escribiéndose en una página web de fans de - precisamente - "Crepúsculo".

Perteneciente a la nobleza. Vive de chupar la sangre del pueblo llano. No se la puede matar por medios convencionales.