martes, 25 de abril de 2017

Narcos, Killing Pablo, y los COIN

Esta entrada va a estar centrada en el colombiano más famoso de todos los tiempos...

¿Pero quién es ese?. ¡Anda!. ¡Quitadme a ese señor de ahí y ponedme la foto correcta!

¡Eso está mejor!. Este es el tipo del que quería hablar. Pablo Escobar, narcotraficante de renombre internacional y, como decía, el colombiano más famoso de todos los tiempos.

O lo es desde que la serie Narcos nos lo ha resucitado desde el olvido en el que parecía haber caído tras su muerte en 1993.

¿Olvido?. No del todo. De su espectacular carrera delictiva nos quedó la asociación de ideas de Colombia con el narcotráfico, y de los narcotráficantes sudaméricanos como magnates más poderosos que los países en los que residen. Lo siento por aquellos colombianos que lean esto, pero la asociación de ideas persiste aún después de que haya perdido buena parte de su certeza, como estoy seguro que muchos de ellos habrán podido comprobar al viajar fuera de su país.

Gracias a un enganche con el canal Netflix, he podido ver entera la serie Narcos. 2 temporadas de 12 capítulos cada una.

Lo primero que hay que decir de la serie es que está bien hecha en el aspecto técnico y dramático. El hilo conductor de la historia no es tanto el propio auge y caída de Pablo Escobar, sino las peripecias de dos agentes ficticios de la DEA. Murphy y Peña. Siendo la voz en off del primero la que va narrando las escenas y explicándonos lo que sucede, en el mejor estilo de otras películas sobre organizaciones delictivas como "Casino" o "Uno de los nuestros".

Hace un par de años yo me había leído un libro titulado Killing Pablo que, a pesar de centrarse sobre todo en la caza a muerte del narcotraficante multimillonario, se puede leer casi como una especie de guión de la serie. Muchas de las cosas que aparecen en ésta están reflejadas en el libro, que refleja un punto de vista norteamericano. La campaña de atentados de Pablo Escobar para impedir su extradición. Su encierro voluntario en una prisión hecha a su medida. Su rocambolesca fuga, seguida de más atentados. Su persecución que dura años y que contó con la asistencia de los Estados Unidos. Los Pepes. Su pérdida progresiva de poder e importancia. Y su localización y muerte final.

Las diferencias entre la serie y el libro-ensayo están ante todo en las licencias que la serie se ha tomado con fines dramáticos, y de los que nos advierte un aviso en letra pequeña al comienzo de cada capítulo. Muchos personajes están cambiados. Los principales son los agentes americanos de la DEA que colaboraron en la caza de Escobar. En la serie son el mismo dueto durante un período de tiempo de más de 10 años. En la realidad fueron una larga colección de agentes que iban relevándose unos a otros a medida que se acababa su período de servicio en el extranjero y regresaban a casa.

Pero Escobar en la realidad sigue siendo Escobar en la serie, aunque encarnado por un actor brasileño, Wagner Moura, que hace un trabajo tan digno como el que hiciera Viggo Mortensen encarnando a Alatriste, pero igual de chirriante. ¿Es qué en cada caso no había un actor colombiano o español que pudiera hacer el papel?.

De boca de otros he escuchado que la opinión de los propios colombianos es que las cosas no sucedieron así. Y tienen razón. Hay muchos otros detalles que en la serie aparecen diferentes del libro, que constituye una fuente más fiable. Al mismo tiempo, el desarrollo general de los acontecimientos en la serie si que es el de la realidad. Mi opinión es que, si bien las cosas no sucedieron exactamente como la serie nos cuenta, al menos la serie sigue el curso general de los eventos reales lo que si hace es darnos una buena idea general de las cosas que pasaron.

Aparte del baile de personajes que ya he mencionado, la otra cosa que creo que más cambia en la serie con lo que he podido enterarme de la realidad es la intervención americana. En la serie está algo inflada, con el gobierno colombiano y el presidente Gaviria siendo en ocasiones un poco títeres de los yankis. Probablemente sea esto lo que más molesta a los colombianos. En la realidad la asistencia norteamericana fue ante todo técnica, para rastrear y grabar las conversaciones telefónicas de Escobar y sus secuaces. No he hallado ninguna relación entre los Pepes y la CIA. Aunque quién sabe. En todo caso, lo cierto es que fueron las propias fuerzas de seguridad colombianas las que cazaron y dieron muerte a Escobar, tras una larga lucha con muchas víctimas.

Tras acabar la serie, no pude evitar hacer una reflexión. Pablo Escobar había sido un hombre que se había hecho muy rico, y con ello muy poderoso, en un país que ya tenía de por sí bastantes problemas. Esto le hizo posible competir con el gobierno de su propio país por el control del mismo. Esto ha sucedido y sucede en muchas otras naciones con gobiernos débiles y distribución muy desigual de la riqueza. Según Jean Jacques Rousseau "La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitad de venderse". En los países con grandes desigualdades, unos pocos compran la vida de muchos para su propio beneficio.

Otra reflexión posterior surgió acerca de la lucha contra el narcotráfico y a consecuencia de dos entrevistas. Una al ex-presidente Gaviria en El Confidencial, la otra al hijo de Pablo Escobar en La Secta. Lo curioso es que ambos llegaban a la misma conclusión: había que legalizar el comercio y consumo de drogas. Mi interpretación es que los colombianos están hartos de luchar y morir por una guerra de los estadounidenses que no tiene final a la vista y que no se puede ganar. Cuánto más eficiente se es en atacar la oferta de droga, más sube el precio de ésta, con lo que se incrementan los beneficios del narcotráfico y más personas se animan a ello. Es de locos. Y lo peor es que uno se lleva la triste impresión de que Escobar y toda esa gente que murió por él y por culpa de él, murieron para nada.

Los COIN.

Precisamente la situación de Colombia a la muerte de Pablo Escobar fue el tema para el primero de una serie de juegos publicados por la editorial americana GMT bajo la etiqueta COIN, que sirve para denominar operaciones de Contrainsurgencia (Counter-Insurgency, en inglés).

Los COIN son juegos con 4 bandos que pueden ser manejados por 1 a 4 jugadores. Cada bando tiene unas condiciones de victoria propias, que según el juego pueden entrar parcialmente en conflicto con las de otro bando o no, según el trasfondo histórico de cada juego de la serie.

En un turno de un juego COIN pueden jugar 2 de los 4 bandos, mientras que los otros dos tienen disponible el turno siguiente si así lo desean. Se van alternando 2 bandos un turno y los otros 2 el siguiente. El orden de preferencia a la hora de decidir si se juega el turno o no lo van marcando unas cartas de evento que se van mostrando, y que tienen impreso en su parte superior los iconos de los bando en el mencionado orden de preferencia. Siempre hay a la vista 2 cartas, la del turno presente y la del siguiente turno. Cuando tienes la opción de escoger si jugar este turno o no, puedes hacerlo y esperar al turno que viene porque te convenga más.

Cuando un jugador tiene turno, puede llevar a cabo una o dos acciones. Una de ellas puede ser desencadenar el evento de la carta del turno en curso - tan sólo lo puede hacer un jugador -. Otra serie de acciones varía según el bando que este jugando. Cada uno tiene su propia selección. Las acciones más importantes consisten en quitar influencia/tropas del adversario del mapa y poner influencia/tropas propias sobre el mapa. Eso es la esencia de las operaciones de contrainsurgencia. La variedad de acciones realmente es mayor, pero no voy a entrar en detalles para comentarlas.

En ese mazo de cartas de eventos que dictan el ritmo del juego hay también barajadas a intervalos regulares unas pocas cartas de puntuación. Cuando aparecen el juego se interrumpe y se hace un chequeo para ver que jugador ha logrado sus condiciones de victoria. Esta forma de intercalar cartas de puntuación en el mazo de eventos deriva en cierta forma del sistema similar empleado en Twilight Struggle, y sirve para introducir incertidumbre en lo que a la duración de la partida se refiere.

Mi experiencia con los COIN se resume en una partida con Andean Abyss, el juego sobre Colombia que he mencionado más arriba, tres partidas de Cuba Libre sobre la Revolución Cubana, y una de Fire in the Lake, sobre la Guerra de Vietnam.

Mis impresiones sobre el sistema y los juegos COIN en general son que, si bien no son malos, tampoco son decididamente buenos. Están en un punto intermedio en el que parece que caen docenas de juegos hoy en día. He pasado momentos bastante agradables con estos juegos. En particular recuerdo la partida de Vietnam que jugaba con los americanos y que gané bastante rápido encadenando un buen par de eventos y la inexperiencia de mis adversarios para liquidar una pila de "charlies" bastante impresionante. Pero también hay momentos de tedio.

Dado el esfuerzo editorial que está llevando a cabo GMT con esta serie de hasta ahora 8 juegos publicados o que van a serlo, merece la pena probar. Mi recomendación para ello es la de todo el mundo: empieza con Cuba Libre. Más que nada porque el mapa del juego es bastante más pequeño, sencillo, y por ello fácil de leer. Una de las cosas que más me fastidió de Andean Abyss (AA) es que el mapa tiene suficientes zonas y áreas como para que en un juego con información perfecta como son los COIN, me sintiera saturado de información y con cierta tendencia al bloqueo que restaron satisfacción a la experiencia de juego.

Incluso con Cuba Libre - o cualquier otro juego de la serie - el ataque de Análisis Parálisis le puede sobrevenir a cualquiera, al menos en las primeras partidas. Cada jugador cuenta con una ayuda de juego en la que vienen descritas sus acciones disponibles y las de sus oponentes. Los mecanismos de las acciones son bastante directos y fáciles de entender en su funcionamiento, pero hay fácilmente 5-6 acciones diferentes disponibles por bando, y al hacer tu acción es útil tener en cuenta que acción puede emprender tu oponente más directo para intentar contrarrestarte. Si a eso le sumamos que la información en este juego es perfecta - salvo el orden de las cartas de evento - el cacao mental está servido.

Esto podría, en principio, servir a la ambientación del juego. ¿No se basa la guerra insurgente en la confusión y la "niebla de guerra"?. Mas COIN no funciona realmente así. Por si no lo he dicho suficientes veces, hay una información casi perfecta, que los actores históricos de los eventos que se recrean no tenían en la realidad.

Por ejemplo. El nivel de apoyo o rechazo está perfectamente medido en cada región, como si hubiera pasado tranquilamente una encuesta entre la población en cada zona a pesar de que se trata de una zona de guerra en la que ha habido muchos combates. Ello además presupone que se conoce bien los parámetros por los que una población valora a un grupo u otro hasta el punto de poder manipular dicha opinión, algo que no tengo muy claro que fuera así. Ni todas las chocolatinas del mundo iban a hacer más adorables a los americanos en Vietnam. Todo el mundo allí les odiaba en primer lugar porque eran extranjeros invadiendo su país, y el que piense diferente que se imagine a 500.000 americanos de uniforme en España.

La claridad de las acciones y sus efectos son otro de los factores que estropean el realismo en este juego. En una parte de Killing Pablo leo acerca del infierno que supone para un delegado del gobierno viajar de una ciudad a otra de Colombia. Le asignan un avión, pero primero no pueden encontrar a los pilotos, y cuando estos aparecen, tardan varias horas en encontrar combustible para el avión. Cuando el delegado llega - a Medellín, a ver que follón hay con Pablo en su cárcel privada - se encuentra que la situación no es para nada como se la habían contado.

Damas y caballeros. Eso es la Guerra Insurgente. En COIN, sin embargo, como americano en Fire in the Lake (por ejemplo) puedo hacer un bombardeo que mata a una cantidad de "charlies" que conozco perfectamente y que causa una cantidad de descontento que para mí es perfectamente asumible porque la puedo cuantificar perfectamente y que sé que puedo revertir más tarde porque tengo herramientas eficaces para ello.

¿Tiene esto semblanza con la realidad?. Alguna sí. ¿Es real?. No. Los COIN reflejan, para mí, la contrainsurgencia tal como aparece en las salas de mapas del Pentágono. Y creo que en los últimos años ya hemos tenido bastantes muestras de como han chocado esas visiones con la realidad sobre el terreno. Los COIN pueden llegar a ser juegos divertidos. Eso no lo pongo en duda. Pero como recreaciones de la realidad, tienen la guerra pérdida.

Tras una tanda inicial centrada en conflictos de los siglos XX y XXI. La serie COIN ha sacado unos títulos con conflictos más antiguos, como la Guerra de Independencia Norteamericana, la conquista romana de la Galia, o Inglaterra tras la marcha de las legiones romanas.

Son muchos títulos, sobre muchas guerras diferentes, en lugares muy diferentes, en tiempos muy diferentes. No soy el único que piensa que un mismo sistema para un número fijo de bandos se está estirando demasiado para sacar demasiados títulos. El caso más sonado es el bando Indio en Liberty or Death sobre la Independencia de los E.E.U.U., conflicto en el que los americanos nativos pintaron más bien poco.

En lo que a su valor como juegos se refiere, para mí los COIN son todavía una incógnita a despejar. De todos los juegos que están sacando en esta serie, alguno será mejor que otros, y el que tal vez merezca la pena comprar. Pero para saber cual de ellos es, tal vez haya que esperar un poco a que haya bajado la típica excitación que hay con cada nuevo lanzamiento.

2 comentarios:

  1. La asistencia técnica para liquidar a alguien, para mi es más un acto político que técnico. Si hay técnica mejor, serás más eficiente, pero al igual que la guerra, que es un acto político y cuya lógica es política, pues esto tb
    Esto ya son elucubraciones mías, pero me figuro que una vez tomada la decisión de que había que acabar con el, lo siguiente sería quitarle los apoyos, o sea, presionando (comprando, etc) a los distribuidores en USA vinculados a su organización a que se pasaran a la competencia, a Cali (el propio estado por lo que se decía) o quien fuera.
    El suministro no se iba parar; no vas a dejar a varios millones de fieles consumidores totalmente colgados! ;-)
    Así una vez fragilizado, sin respaldos el otrora gran bandido no tenia salida ninguna

    Una gran peli de esta temática, que "sigue el rastro del dinero":
    "Kill the messenger"
    un enfoque que prioriza la trama y el analisis sobre lo contingente y dramatico

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    1. En cierto modo, todo es política. Así que lo que dices es bastante cierto. La decisión de apoyar por cualesquiera medios que fuera la muerte de Pablo Escobar tenía que tener un respaldo político detrás. Y de hecho, era la traducción a la práctica de una política: la de la Guerra contra las Drogas.

      Tus elucubraciones no son tales. El proceso de aislamiento previo que describes aparece bien reflejado en la serie, aunque no así en el libro. Probablemente porque la serie se podía permitir una licencia (establecer una relación CIA-Los Pepes) que el libro no podía hacer.

      Una vez más, agradezco tu recomendación cinéfila. De seguro que es una película de calidad.

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