lunes, 7 de mayo de 2018

Animación de adultos

Cuando se trata de camuflar algo desagradable o adornarlo, lo más fácil y frecuente es cambiarlo de nombre.

En el siglo XIX en los Estados Unidos se denominaba la "Institución Peculiar" a lo que era simple y brutal esclavitud. Los antiabortistas se denominan a sí mismos "provida", dando a entender que están "a favor de" algo, en lugar de "en contra de", que es en lo que consiste su postura realmente. Las participaciones preferentes, más conocidas como "preferentes" a secas, no se podían vender apenas con su denominación original, pero que era más cercana a la realidad, de "deuda perpetua". Y cuando el cine pornográfico ha querido ganar en aceptación, ha pasado a autodenominarse como "adulto".

La animación de adultos que titular esta entrada no es la pornográfica (como por ejemplo el hentai japonés), sino sobre aquellos dibujos animados que, simplemente, "no son para niños". Es decir, no apelan a los sentimientos y comprensión del mundo que un niño puede tener, sin tener por ello que mostrar una profusión de pollas, culos, y coños.

Dado el tema de esta entrada, no se me ocurre mejor forma de expresarlo que con ese momento en el que Homer Simpson le pide a Scorpio azúcar para el café.

Hay dos series que me han inspirado a escribir esta entrada, y que pueden clasificarse claramente como "de adultos". En ellas, que Homer le pida azúcar a Scorpio no es una mera anécdota, sino el tema de fondo.

La primera, y la más claramente "de adultos" es Rick y Morty (R&M). Morty es un adolescente algo cortito pero de buen corazón. Rick es su abuelo, un científico tan genial, como chalado, como carente de escrúpulos. La unión de estos dos personajes tan contradictorios es lo que sirve de motor a la comedia en esta serie.
¿A qué parece una familia feliz? Pues preparaos.
R&M es un exponente de esa curiosa relación que tienen los norteamericanos con la violencia gráfica. Cada capítulo nos regala con desmembramientos, masacres, tiroteos, y muertes absurdas. Pero cuando Rick sale en porretas, su entrepierna nos aparece pixelada. De los pechos femeninos ya ni hablemos.

De hecho, R&M se recrea tanto en la violencia gráfica que hay gente (y no me refiero a los niños) que no puede soportar ver esta serie. No se puede recomendar a todo el mundo.

Entonces, ¿por qué ver Rick y Morty?. Pues porque es una serie que te sorprende a cada capítulo, y las explosiones de violencia animada son parte de ese proceso de sorpresa, algo que tienes que aceptar si no quieres saber por dónde te van a salir está vez. De hecho, la violencia es tan exagerada - al estilo de Quentin Tarantino - que a menudo constituye una parodia de sí misma. Tal vez hace falta tener cierta complicidad con el medio de la animación y comprender que esta tendencias violentas en R&M proceden de una larga tradición de violencia en la animación que ya parodiaban Rasca y Pica dentro de Los Simpson.

Más allá de la violencia, los personajes de R&M tienen cierto desarrollo y profundidad. A diferencia de los Simpson, en R&M los personajes evolucionan. Lo que sucede en un capítulo les afecta en los subsiguientes. Y eso a pesar de que el formato básico de esta serie es el capítulo de 20 minutos con trama cerrada. 
 
Creo que la mejor forma de describir esta serie es como un cruce entre Los Simpson y Futurama. El tono es de comedia absurda con ambientación de ciencia-ficción, con muchos referentes al frikismo. Es precisamente la ambientación de Ciencia-Ficción lo que permite a la serie saltarse constantemente las reglas del espacio y del tiempo de "nuestro mundo normal" y sorprender al espectador con giros inesperados.

Si tienes 20 minutos para ver un capítulo, y quieres desconectar y reírte un rato, R&M puede ser perfectamente tu serie.

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Visualmente más "normal" por ser mucho menos violenta, Bojack Horseman es la segunda serie de animación que me ha impulsado a escribir esta entrada. El título es el nombre del protagonista, un caballo antropomórfico que vive en una versión de nuestro mundo presente dónde los animales antropomórficos conviven con los humanos. Algo que ya tenía sus antecedentes en la obra del caricaturista francés del siglo XIX J.J. Grandville.

En este mundo a la vez tan similar y diferente al nuestro, Bojack es una estrella de televisión venida a menos. Vive de puta madre en lo material, pero se siente desdichado. Para atenuar sus males, siembra la desdicha allá donde va. Es un personaje sin apenas moral, ni ética, ni dirección en la vida. Pero precisamente por eso nos engancha capítulo tras capítulo de esta serie que ya lleva 4 temporadas, porque esperamos, lo mismo que el resto de personajes de la serie que conviven con Bojack, que de alguna manera se redima. Y una y otra vez nos deleita cayendo de nuevo en sus pecados.
Genio y figura.

Los capítulos de Bojack Horseman no consisten en tramas cerradas, sino que forman parte de una trama que abarca varios capítulos al estilo de las series de éxito modernas. Tanto por su disipado protagonista, como por el entorno en el que vive (Hollywood o, como acaba siendo en la serie, "Hollywoo") esta serie recuerda a la serie "Californication". El tono, sin embargo, es mucho más relajado y humorístico. A ello contribuye tanto el propio medio de la animación, como la constante presencia de "gags" a cuenta de la animalidad de los protagonistas.

Siendo básicamente una comedia, esta serie es más formal que R&M, menos directa. Los personajes tienen bastante desarrollo y profundidad para lo que es una comedia de animación, y sentirse recompensado por verla requiere algo más de fe y paciencia para ver unos cuantos capítulos seguidos. Afortunadamente, la escasa duración de los mismos (unos veintipico minutos cada uno) debería hacer más fácil este pequeño sacrificio.

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